Internet arde de nuevo. Las autoridades internacionales trabajan a su máxima capacidad. Los padres ultramodernos están preocupados. Un adolescente ruso ha escrito en un cuaderno un desafío que va desde el culto a las películas de terror, hasta la invitación a saltar de un edificio para, según sus propias palabras, recuperar la vida. Y el internet se ha encargado de volverlo viral, las conductas autoagresivas están a la orden del día en nuestros menores. Obviamente, la culpa es de la ballena.

Y es que es más fácil creer que la culpa de todo la tiene un perverso jovencito, que asumir que este es el resultado de un siglo de padres que han criado a sus hijos con el iPad por niñera. Aquellos padres cool que pretenden ser mejores amigos de sus hijos, porque eso es más fácil que asumir la compleja tarea de balancear la disciplina con el amor, no comprenden por qué sus hijos han decidido marcarse una ballena, con una cuchilla, en su antebrazo. Esto es como si un pastor que no construyó jamás una cerca en su granja, se pregunte por qué sus ovejas han decidido huir. Responda con sinceridad, si su hijo tiene entre 0 y 18 años: ¿cuántas veces le ha dado una pantalla para que se quede “quieto y no moleste”? ¿Cuántos de ustedes los mandan a clases antes del primero de básica, para que estén “más adelantados” que otros niños? ¿Cuántos de sus hijos pasan más horas frente a una pantalla que jugando con una pelota, en un parque, con otros niños? ¿Cuándo fue la última vez que pasaron un feriado completo jugando, dibujando, leyéndoles y conversando con sus hijos pequeños? En un artículo anterior advertía que la sobreexposición precoz a estímulos que no sean naturales, traerían una ola de niños y adolescentes con el mismo desgano de vivir de un adulto. He aquí el resultado, una juventud deshumanizada, a la que le toca buscar el sentido de la vida consultándolo en Google, porque, obviamente, no podrían preguntárselo a ustedes (re cuerden que decidieron ser sus panas y no sus padres). Alguna vez se cuestionaron, si ustedes juegan el rol de mejores amigos de sus hijos, ¿quién hace entonces para ellos el rol de padre? La función paterna y materna es ocupada, en nuestros tiempos, por el discurso de mercado que se encuentra en las redes informáticas. Explicado con manzanitas, si ustedes no hacen el rol de padres, algo ahí afuera lo va a hacer por ustedes y no será algo que vele por la integridad y el bienestar de sus hijos.

La ola de suicidios, desórdenes alimenticios y sufrimiento desmedido en nuestros niños y adolescentes es realmente grave, pero hay algo que debemos tener claro: el internet no mata, un juego macabro absurdo tampoco; el desamor y la falta de verdaderos límites, los cuales deberían ser impuestos por padres que asuman su rol como tal, sí.(O)

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José Luis Freire Velázquez,
Guayaquil