Una vida laboral estresada como arquitecto, con desórdenes alimenticios y consumo de alcohol, eran parte de la vida de Alfonso Sornoza, un portovejense de 56 años que ha vuelto a nacer tras ser el trasplante hepático número 37 realizado en el hospital Luis Vernaza.

Hace dos años le detectaron un problema de vesícula y tras varios exámenes el diagnóstico detectó una cirrosis hepática. El 3 de enero ingresó a la lista de espera del Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células.

“(La semana pasada) me llamaron a mi casa y lo recibí con mucha ansia, pero con la preocupación de salir bien o mal, ya que hay un 40% de mortandad”, asegura Sornoza, ahora jubilado. Él quiere volver a cantar música de los años ochenta como Rafael y Camilo Sesto. Tal como se lee en una hoja, su dieta ahora irá acompañada de alimentos sin sal, cero alcohol, todo cocido, entre otros.

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“Hay que regirse con esa dieta”, dice Sornoza, animado tras responder satisfactoriamente a la operación que es de alto riesgo. Al igual que los galenos del sanatorio, Sornoza pide a la ciudadanía que digan en el Registro Civil que se fomente la cultura de donación de órganos.

Y no es el único paciente que recibió un órgano donado este mes. Misael Cercado, de 26 años, sufría insuficiencia renal y recibió un trasplante. Ahora en recuperación, en compañía de sus padres ve con ánimo en las próximas semanas empezar a investigar para iniciar sus estudios universitarios de Informática, en los que planea especializarse en Diseño Gráfico.

“Esta es mi segunda vida, ya mi vida no está regida a una máquina de diálisis”, dice el joven amante del fútbol “Era muy activo, iba a entrar a la Marina”, recuerda su padre, Pedro.

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Con lágrimas, Isabel, madre de Misael, recuerda que lo acompañaron por más de cinco años en tres diálisis (cada una de $ 80) que se realizaba por semana en un centro médico de la ciudadela Nueve de Octubre.

El tercero de los beneficiados, Jonathan, de 17 años, también recibió un riñón. Aún espera su recuperación en terapia intensiva.

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En los últimos tres años, el hospital ha realizado unos doce trasplantes de hígado por año, según José Zúñiga, jefe del equipo de trasplante hepático.

Varios factores motivan la enfermedad, como la mala alimentación rica en grasas, alcohol, la automedicación y virus como la hepatitis.

María Candela, jefa de la Unidad de Trasplante, contó que aún hay carencia en la cultura de donaciones, por ejemplo, para riñón hay 300 pacientes en lista de espera. (I)