La zona del mercado de Tarqui volvió anoche a tener vida. Familiares evocaron a sus muertos, o más bien a las vidas que el terremoto les arrebató el 16 de abril de 2016. Había luz de velas en medio de aquellas tinieblas que lastiman el alma de miles de manabitas que vieron cómo montañas de cemento y acero apagaban el corazón de sus seres queridos.

A las 18:58 se cumplió con un minuto de silencio en recordación de las almas de más de 90 personas que sucumbieron ante la fuerza de la naturaleza al interior del centro comercial Felipe Navarrete. Pero fue el minuto de silencio más escuchado en el alma de los manabitas y ecuatorianos que estuvieron en Tarqui, en el centro comercial de Portoviejo, en Pedernales, en el epicentro del sismo que hoy sigue doliendo a los ecuatorianos.

Para Luis Quijije, la mejor forma de decirle a sus dos hijos que su madre no volvería es indicándoles que ella se había convertido en un angelito que desde arriba los vigila y cuida.

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José Luis Acosta dejó pasar tres días antes de decirles a sus hijos que su esposa, Fanny Mero, ya no volvería a abrazarlos, besarlos, cuidarlos. “Les dije: ‘Negro’ (al mayor de 8 años), tenemos que hablar, mira, tu mamá se fue a un viaje bien largo que no tiene retorno’. Él me dijo: ‘Papá, no me digas eso, dime la verdad, mi mamá murió’. Me dio un dolor muy fuerte en el corazón y lo único que hice es abrazarlo y ahí me dijo: ‘Mi mamá me vino a ver anoche y se vino a despedir, que te diera fuerzas y que cuidara a mis hermanos y les enseñara todo lo que no pudo enseñarles ella....”, expresó, sin poder hablar más.

Yolanda Loor no solo llevaba estampada en su camiseta el rostro de su hermano Freddy, también lo llevaba en sus manos, en su mirada, ese canal que muestra el alma de seres tan llenos de luz. Dijo que no lo podía olvidar, como no se olvida a los 671 ecuatorianos caídos.

Contó que Freddy tenía novia, que trabajaba para la empresa Todo Papelería, en la sucursal de la ciudadela Altagracia, pero que en la noche del 16-A fue a dejar una mercadería a Tarqui. Ahí saludó a sus amigos. Nunca más pudo bajar. La tierra tembló, el Felipe Navarrete colapsó con él adentro.

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Hubo minutos de silencio en otros cantones manabitas, como Portoviejo y Pedernales.

En la mañana, en la ciudadela Ceibo Renacer, en Manta, Vicente Lucas llevó el vino al altar improvisado que se ubicó ayer en la misa campal. Atrás quedó la casa que alquilaba en la calle 12 y avenida 26 (centro de Manta), para vivir él y su familia, incluido un nieto con discapacidad. Él recordó que el sábado 16 de abril de 2016 terminaba de almorzar y se dirigió al balcón para conversar con su esposa, cuando la tierra tembló y con ello las paredes de su morada temporal comenzaron a resquebrajarse, pero no cayeron, lo que le permitió sacar a su familia aunque con angustia.

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Tres días se mantuvo en casa de familiares y decidió volver a su casa, que tenía algunas cuarteaduras; lo hizo, dijo, porque no tenía otro lugar donde vivir en medio de una ciudad devastada y con 212 muertos causados por el terremoto.

El 24 de octubre pasado, Lucas y su familia recibieron una casa con dinero donado por extranjeros a través de misiones de la Organización de Naciones Unidas. Indicó que han hecho buena amistad con sus nuevos vecinos, todos ellos removidos de sus lugares de origen por la fuerza de la naturaleza.

Memorial por víctimas
En el parque El Rosario, cerca de la iglesia del mismo nombre y que sucumbió por el sismo, se había acondicionado un monumento memorial a las más de 200 personas que fallecieron de Manta y otros cantones.

Los nombres en forma alfabética se mostraban en columnas de color negro. Mero estaba ahí con sus inseparables nietos, captando una gráfica junto a ese memorial en el que uno de los nombres es el de su vecino Francisco Chonillo Pico.

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Esa noche del 16 de abril, prosiguió Mero, quiso llevar a sus dos nietos –minutos antes del sismo– a hacer unas compras al mercado de Tarqui, pero ellos estaban dormidos. Piensa que si hubiera llevado a sus pequeños parientes, seguramente otro hubiera sido el destino de ellos. (I)