Su cumpleaños “ya no existe”. Lo dice Pedro Cujilema con voz entrecortada y sus ojos llenos de lágrimas. Respira profundo y cuenta que el 16 de abril de 2016 llegó a los 40, en medio de un profundo dolor. En 42 segundos, el terremoto de 7,8 en la escala de Richter le arrebató a su familia, a sus padres, esposa y dos de sus tres hijos.

Eran las 18:58 del 16 de abril de 2016 cuando la tierra empezó a temblar. Estaba en el hostal de una hermana, a una cuadra de todas las personas que amaba. Su familia estaba reunida en el hostal California, de cuatro pisos, levantado por sus padres hace 14 años. Él estuvo con ellos cinco minutos antes.

Al terminar el movimiento salió a la vereda. El panorama era desolador. Todos corrían, gritaban, pedían ayuda. Él, impotente, observaba los restos de lo que fue el edificio de sus padres. Su hija mayor, Melanie (16), sobrevivió, fue rescatada de entre los escombros. Y al día siguiente encontraron los cuerpos de diez personas, incluidos sus familiares, uno tras otro.

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Pedernales quedó destruida, los hostales, locales, casas e instituciones como el Municipio, este último aún está en pie, deteriorado, con paredes resquebrajadas, colapsaron. El terremoto dejó en esta ciudad del norte manabita 186 personas fallecidas, del total de 671 que se registraron en el país.

Un año después, el dolor es profundo. Pero su gente se levanta de a poco, como la ciudad, de entre los escombros. Pedro Cujilema y sus siete hermanos lo están haciendo. En la misma esquina del hostal, en la intersección de las calles Eloy Alfaron y López Castillo, construyeron la primera planta para una tienda de abastos.

El 7 de abril lo abrieron con su esfuerzo, sin apoyo de ninguna institución pública. Tres veces solicitaron un crédito en el Banco de Fomento (CFN), a los 2, 4 y 6 meses, pero no tuvo respuesta, dice el riobambeño.

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Por otros medios se endeudaron para conseguir el capital. Ahora proyectan construir un segundo piso para oficinas.

Los recuerdos familiares se quedan con él, como la fiesta de 15 años de su hija. En una fotografía muestra a todos juntos, sus padres, Manuel Cujilema (72) y Ana León (71), su hermosa esposa, Emma Campos, y sus sonrientes hijos, Pedro (13) y Andy (7). Ahora solo le resta seguir caminando hacia adelante, sobreviviendo al dolor que le dejó el terremoto con el apoyo de su motor, su hija Melanie.

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En la esquina del frente, el alto y moderno hostal La Elegancia tampoco existe. En ese espacio, Juana Guacho y su familia empiezan de nuevo. Ya tienen la primera planta, un local de artículos varios. Lo hizo con préstamos y crédito de proveedores, afirma agradecida.

Ahora quiere ahorrar y construir su casa, porque un año después de la tragedia que enlutó al país aún vive en un refugio improvisado con otras cuatro familias en un terreno que antes servía como parqueadero.

Lo material se puede recuperar, pero su hija no, dice sollozando. Su pequeña Yislai Jare murió ese día con otras siete personas en el hostal. Ella dejó un vacío infinito en su vida, expresa la riobambeña, mientras muestra una foto de su niña, quien disfrutaba cantar, alabar a Dios en una iglesia cristiana.

Yislai jugaba en su cuarto, mientras Guacho y su esposo, Alfonso Betún, atendían en su almacén, en la planta baja del hostal, cuando el terremoto hizo que los vidrios de las ventanas del edificio, de cinco pisos, cayeran como lluvia.

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Ellos lograron salir con unos clientes antes que la estructura cayera hacia un lado. Vio cómo su esfuerzo y su hogar se desmoronaron en 42 segundos.

Cuatro horas después y en medio del caos, su hija mayor salió sola entre las losas apiladas. Al verla le devolvió la esperanza, la posibilidad de que su pequeña siga con vida. Pero no fue así, cerca de dos días duró la búsqueda. El lunes 18 encontraron su cuerpo.

De las cosas de su hija logró recuperar los peluches. “No la podré ver reír o escuchar su voz una vez más. Es lo más doloroso que pueda sentir una madre”, dice la mujer, radicada en Pedernales hace 28 años. (I)

186
Personas

Fallecieron durante el terremoto en Pedernales. Este evento causó la muerte de 671 personas en el país.