Laura Aspiazu, habitante de la ciudadela La Guangala, aseguró ayer que reportó al Municipio la afectación en su vivienda por la frondosidad del árbol que colapsó durante la lluvia de la tarde del domingo pasado.

Se trató de un ficus de alrededor de 30 años que según vecinos fue sembrado por el propietario de la vivienda, en cuya vereda estuvo hasta las 16:10 cuando ocurrió el incidente, que dejó como saldo un vehículo aplastado, tipo Trooper.

Aspiazu afirmó que en los años 2014, 2015 y 2016 expuso su queja al Municipio sobre las hojas que caían en su techado, exigiendo que obligaran a su vecino encargarse de la poda.

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Contó que personal municipal se encargó de cortar las ramas en alguna ocasión. Y ello fue corroborado por otros moradores de La Guangala, entre ellos Alfredo Palma, quien creyó necesario que el Cabildo retire dos árboles más de ficus que también podrían caerse.

“Si vamos a esperar que se caigan, sería doble trabajo. Deberían sacar esos y replantarlos en otro lado”, sugirió.

A las 09:30, el Cabildo comenzó la tarea de recoger los desechos orgánicos.

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En la Guangala también hubo otra alerta de árbol caído en un parque, casos que no han sido aislados en la presente estación invernal.

El mes pasado, seis ficus cayeron en la ciudadela Sauces 6, afectando techados y carros, y dejando por horas sin servicio eléctrico a moradores, también sin televisión pagada.

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Los árboles estaban en el parterre de la avenida Isidro Ayora. El Municipio calificó la situación de caso de fuerza mayor, lo cual no lo obligaba, subrayó, a asumir indemnizaciones. Sin embargo, ofreció ayuda voluntaria.

La frondosidad de los árboles también preocupa en otras zonas de Guayaquil. Alberto Salazar llegó ayer a la Dirección de Áreas Verdes para reportar esa anomalía. Dijo que en una escuela de la cooperativa 29 de Abril, en el sector Prosperina (noroeste), había tres ficus cuyas ramas alcanzaban ya el techo de su vivienda de tres plantas. (I)