La Red Santuario Austin de iglesias que dan refugio a inmigrantes en la capital de Texas ha crecido ‘rápidamente’ desde la elección del actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

Más iglesias estudian si abrirán sus puertas a inmigrantes que ingresaron al país norteamericano de manera irregular y buscan en ellas un refugio para evitar la deportación. Dos templos ya los acogen. Otros de la red de más de dos decenas se preparan para alojar a inmigrantes o dar apoyo a las iglesias que lo hagan.

Más de 800 iglesias y organizaciones religiosas en todo EE.UU. participan en el movimiento “santuario”, que carece de una organización rígida.

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Los voluntarios dicen que al unirse más iglesias al movimiento, pueden ofrecer cursos de capacitación y ayudar a los inmigrantes a preparar su defensa legal contra la deportación.

La pastora protestante Meg Barnhouse sabe que necesitará camas, un armario, sillas y un espejo para que el aula de la Primera Iglesia Universalista Unitaria de Austin se parezca más a un hogar para una madre y su joven hija, quienes todavía sopesan si serán las inmigrantes más recientes que buscan evitar la deportación refugiándose en una iglesia.

Podría ser la segunda vez que la congregación de Barnhouse ofrezca refugio. Ella vaciló un poco en 2015 debido a que desconocía los riesgos legales y de seguros, pero esta vez aceptó de inmediato.

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Hay un temor creciente entre los inmigrantes a medida que los decretos de inmigración del presidente Trump entren en vigor. El mes pasado, más de 50 personas del área de Austin fueron detenidas en redadas de deportación del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos.

En respuesta, cada vez más iglesias de la red se ofrecen como voluntarias para dar refugio físico o apoyo a los templos que ya lo hacen.

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La Red Santuario de Austin se ha ampliado en el último año y ahora suman una veintena de congregaciones y grupos religiosos, tres sindicatos, varios grupos sin fines de lucro y decenas de voluntarios.

“Por ahora es algo desconcertante para la gente. Es como tratar de reparar los muebles cuando la casa se está quemando”, dijo el pastor Jim Rigby.

Su congregación en la Iglesia presbiteriana de San Andrés en Austin les otorgó refugio desde hace más de un año a la inmigrante guatemalteca Hilda Ramírez y a su hijo de 10 años, Iván. “Sin lugar a dudas que vamos a abrir los brazos a nuestros vecinos”, dijo Rigby. (I)