Eran las 07:45 del miércoles pasado, Guayaquil amaneció nublada y con una ligera lluvia. Él salió de su casa, ubicada en una urbanización privada en la vía a Samborondón, con su esposa, María de Lourdes Alcívar. Vestía jean azul, camisa blanca y zapatos casuales. Es el presidenciable por CREO-SUMA, Guillermo Lasso.

Con paso apresurado se subió a la furgoneta que sus simpatizantes llaman el “Lassomóvil”, y tras él cuatro personas, entre asesores y trabajadores. Tomó asiento en el último rincón del vehículo, se lo notaba algo cansado o afectado por algún dolor. Pidió medicamentos con una breve explicación a uno de sus colaboradores: “Puedes pasarme una Decatileno, me duelen los oídos y la garganta... recorrer el país, dar discursos del cambio en cada ciudad tiene consecuencias”.

El tráfico era intenso, pero Lasso no se inmutó, aprovechó el tiempo para leer los titulares de los diarios nacionales que anunciaban los resultados de las últimas encuestas que se podían difundir. “Las elecciones se ganan en las urnas, esperaremos al 2 de abril porque los votantes son dueños de los votos y no las encuestadoras, y estamos seguros de ganar”, señaló.

Publicidad

Lea también: CNE no hará control de buses con propaganda contraria a Guillermo Lasso

A las 08:00 acudió a una radio para dar declaraciones; prometió salud, educación gratuita, luchar contra la corrupción. Media hora duró la entrevista.

Luego se dirigió a desayunar a un restaurante del norte de la ciudad. A su llegada hubo euforia entre los comensales, lo saludaron y pidieron fotos.

Publicidad

En el sitio estuvo la activista Martha Roldós, quien se acercó al aspirante, lo abrazó y se hicieron bromas; él la invitó para que lo acompañara en su mesa y ella aceptó. Después arribaron el presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, Pablo Arosemena, y el director de campaña de CREO, César Monge. Todos se sentaron en una mesa y degustaron platos típicos a base de plátano.

Antes de marcharse, Lasso conversó con dirigentes de la Asociación de Taxistas de Guayaquil. Les prometió mejores condiciones económicas y bajar los impuestos.

Publicidad

Lea también: Guillermo Lasso propone redistribuir medios estatales en Ecuador

Luego se dirigió a la Catedral de Guayaquil, para reunirse con el arzobispo, Luis Cabrera.

En el encuentro con el religioso estuvo acompañado de varios de sus hijos. Al terminar el diálogo, Lasso dijo que pidió bendiciones para su familia.

A las 11:30, se enfiló al suburbio de la ciudad para participar en un mitin político con jóvenes, en las calles 44 y la K. Lasso se bajó de la furgoneta y se dirigió a un camión tarima que estaba en los bajos de un centro de rehabilitación de adicciones. Tomó el micrófono, su discurso duró 15 minutos. Habló de empleo, salud, educación, de la eliminación de la tabla para el consumo de drogas. Luego de las promesas de campaña llegó la caminata que, ante la intensa humedad, se transformó en caravana motorizada. El candidato sudaba, subió a un camión junto a su esposa y dirigentes, desde donde no dejó de saludar durante todo el recorrido.

Publicidad

Llegó la tarde, Lasso almorzó algo ligero y se dirigió al aeropuerto, porque tenía que viajar a la provincia de Esmeraldas.

Lea también: Guillermo Lasso: Los votantes son los dueños de los votos, no las encuestadoras

Los resultados esquivos de las encuestas no amilanaron los ánimos de los militantes esmeraldeños de CREO, que lo esperaron en el aeropuerto Carlos Pérez Concha. Una marea de gente orilló al candidato Lasso al cruzar la puerta de arribo.

Lasso, con semblante abrumado, mostró una leve sonrisa y saludó con su mano derecha mientras se abría paso.

El calor de las cuatro de la tarde hacía estragos en el rostro del postulante. Pero una sonrisa y los saludos retornaban: “He venido trayendo un mensaje de esperanza, de salud, de educación gratuita”, dijo sin responder los detalles que le pedían sobre denuncias de supuesta corrupción del candidato a la vicepresidencia Jorge Glas.

La caravana arrancó con Lasso al interior de una miniván dorada, pero volvió a mostrar signos de agotamiento. Más adelante subió al balde de una camioneta en la que recorrió varias calles de Esmeraldas.

Sus allegados lo esperaban sobre una tarima instalada a un costado del parque infantil.

Lasso siguió con su mensaje corto pero directo. Ya en medio de la algarabía de la multitud fue aún más directo: “Los domingos, si quieres chupar cerveza o trago, lo podrás hacer..., que nadie a los adultos les ponga topes de horarios a las discotecas”, expresó.

Se marchó en un auto rumbo al aeropuerto, para abordar la misma avioneta que lo llevó.

Así culminó el día ajetreado del candidato, que en la primera vuelta alcanzó 2’652.403 votos. Una jornada matizada por vivas, sonrisas y a ratos por el calor y el agotamiento que provoca una campaña que llegará a su fin esta semana. (I)