El presidente de Brasil, Michel Temer, anunció este jueves que llamará a su homólogo chino, Xi Jinping, para "aclarar" el escándalo de la carne adulterada, en momentos en que el gigante sudamericano está perdiendo sus principales mercados y algunas plantas paralizan su producción.

Segundo comprador de carne bovina y aviar de Brasil, la potencia asiática suspendió sus importaciones el lunes.

"Voy a llamar más tarde al presidente chino para aclarar la situación. Pido que los embajadores de todos los países importadores sean convocados", afirmó el jefe de Estado durante un discurso en Brasilia.

Publicidad

En el momento de abordar el tema de la carne adulterada, Temer habló primero de un "pequeño incidente" antes de rectificar. "No quiero decir pequeño, porque es grave", añadió, subrayando que el escándalo "nunca debería haber alcanzado esta dimensión".

Desde que estalló la crisis el viernes, el gobierno brasileño se ha esforzado en relativizar su amplitud. Tanto Temer como el ministro de Agricultura, Blairo Maggi, no han dejado de repetir que el país -mayor exportador mundial de carne bovina y aviar-, posee más de 4.000 plantas frigoríficas, de las que solo 21 están siendo investigadas.

"Esto nos ha hecho daño porque ha creado un problema internacional", admitió el presidente durante una entrevista emitida en la noche del miércoles en la cadena Globonews.

Publicidad

"He ido a China varias veces [...] y conseguimos introducir allí nuestra carne poco a poco. Fue una lucha de 20, 30 años", recordó.

Las exportaciones brasileñas de pollo a la potencia asiática en 2016 superaron los 859 millones de dólares, mientras que las de carne bovina alcanzaron los 703 millones, según datos del Ministerio brasileño de Desarrollo y Comercio Exterior (MDIC).

Publicidad

Hong Kong, primer importador de carne roja por más de mil millones de dólares el año pasado, también cerró temporalmente su mercado. (I)