El presidente de la eurozona, Jeroen Dijsselbloem, se vio el miércoles bajo creciente presión por unas declaraciones que muchos consideraron despectivas sobre las naciones endeudadas que han pedido ayuda exterior para salir de la crisis financiera.

En una entrevista el viernes con el periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, Dijsselbloem se refirió a los países más golpeados por la crisis y dijo que "no puedo gastar todo mi dinero en alcohol y mujeres y después pedirte ayuda".

El ministro portugués de Finanzas, Augusto Santos Silva, describió esos comentarios como "absolutamente deplorables, increíbles" y dijo que mostraban un "profundo desprecio por el enorme esfuerzo que todos hemos hecho por superar" la crisis de deuda.

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Los líderes de los dos mayores grupos de parlamentarios europeos, los democristianos del Partido Popular Europeo y los Socialistas y Demócratas, también han criticado a Dijsselbloem. (I)