Nota de la redacción:  Es nuestro deber informar a nuestros lectores que Diario EL UNIVERSO publica a continuación la versión enviada por el exgerente de la extinta Agencia de Garantía de Depósitos (AGD), Carlos Bravo Macías.

En la edición correspondiente al viernes 10 de marzo de 2017, página 2 (completa), aparece una entrevista que Pedro Delgado Campaña, sentenciado y prófugo de la justicia, ha dado desde la clandestinidad a la periodista Mónica Almeida.

Al respecto, y por haber sido mencionado en la entrevista de marras, me veo obligado, señor director, a solicitar con base en mi derecho constitucional de RÉPLICA, que publique íntegra e inmediatamente en el mismo espacio, la siguiente aclaración:

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En el “festival” de entrevistas realizadas en la ciudad de Miami a Pedro Delgado Campaña, entre las que cuenta la de Diario EL UNIVERSO, he sido mencionado por el prófugo de la justicia ecuatoriana quien al no tener absolutamente nada que imputarme pretende, después de nueve años, con algunas verdades a medias y otras falsedades absolutas, generar dudas sobre mi gestión al frente de la extinta Agencia de Garantía de Depósitos.

La periodista pregunta al reo:

“¿El juicio que el entonces gerente de la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD), Carlos Bravo, puso en Estados Unidos para incautar las empresas y bienes de los hermanos Isaías Dassum en Miami no fue un tiro por la culata?”.

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Delgado contesta que yo había contratado a un estudio de abogados en Florida y que para esto no “consulté” al directorio de la AGD. Se hace el sorprendido o desentendido de ese juicio cuando, por el contrario, lo conocía tanto que, con insistencia verbal, por correo electrónico y en directorio, recomendaba que se contrate a una firma de abogados cuya propuesta de honorarios era muy costosa. Obviamente no acepté semejante pretensión y opté por buscar uno de los mejores estudios jurídicos en Miami y, por supuesto, el menos oneroso. (Obra en mi poder los correos electrónicos toda la documentación de respaldo).

Por tanto, no es que incoar ese proceso haya sido “un tiro por la culata” o en palabras de Delgado que no haya sido “lo más adecuado”. Si acaso dicho juicio no prospera, será porque los “testigos estrella” del Estado ecuatoriano –cuando yo salí de la AGD– fueron Pedro Delgado Campaña y su cuñado Francisco Endara, nominados por sí y ante sí por el propio Delgado cuando estaba frente a la UGEDEP.

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Hubiese sido adecuado, entonces, que la periodista que entrevistó a Delgado le pregunte: “¿Por qué razón continuó con ese juicio si no estaba de acuerdo?”.

Mis sucesores en la AGD, Pedro Delgado Campaña y su gran amiga Katia Torres, investigaron y removieron absolutamente todas mis actuaciones. Su consigna y la de Isaías era, obviamente, “encontrar algo irregular” para incriminarme. Jamás lo encontraron. Lo mismo sucedió con la Contraloría General del Estado que por aproximadamente cuatro años de implacable investigación, literalmente, desnudaron todos mis activos y los de mi familia para concluir que, en mi patrimonio, lo que hubo fue decremento durante y después de haber terminado mis funciones como gerente de la AGD.

Es elemental que si mis sucesores Pedro Delgado o Katia Torres hubiesen encontrado alguna irregularidad en mi administración y no la denunciaron serían por lo menos cómplices. ¿Verdad?

Sobre el disparate que luce como una verdadera patraña, en el sentido de que supuestamente se habría comprometido trescientos mil dólares para el estudio jurídico del Dr. Juan Falconí Puig y que por él no se habría pagado, queda en evidencia la “gran imaginación” del entrevistado, prevalido de su fuga, sabe que de momento no será alcanzado por la justicia que le sentenciaría nuevamente por calumnia.

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No quiero concluir esta réplica sin dejar de señalar que me sorprende que la prensa convierta a sujetos del calibre de Pedro Delgado como referentes de la ética, la moral y la verdad; peor aún en el tráfago de una campaña electoral.(I)