La postura de reformar la Ley de Comunicación la comparten el presidente Rafael Correa y quien aspira a ser su sucesor, Lenín Moreno.

El candidato presidencial de Alianza PAIS (AP) declaró a una radio que la norma, por ser un “tema social, siempre es propenso a ser revisado”. Lo dijo el pasado martes sin especificar qué aspectos se revisarían.

El lunes, en un conversatorio con medios, Correa opinó que estaba “totalmente de acuerdo con Lenín”, y adelantó que se podrían dar atribuciones coactivas a la Superintendencia de Comunicación para que pueda cobrar multas. El Gobierno tiene “muchas propuestas para reformar(la)” que provenían de “la misma Superintendencia”.

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“La Ley es muy buena, pero siempre puede ser perfectible”, afirmó el mandatario, al tiempo de remarcar que no puede ser derogada “así nomás”, porque su regulación es por mandato de la Constitución y del pueblo, que se expresó en favor de ella vía consulta popular.

El martes, Moreno señaló que no compartía la postura de su contrincante Guillermo Lasso (CREO-SUMA) de “botar al tacho de la basura la Ley”.

Lasso ha ofrecido derogar la norma y plantear una nueva, con dos artículos: uno reconocerá a la comunicación como un derecho humano que no podrá ser “controlada ni regulada” por un gobierno; y otro ‘obligará’ a los gobiernos a entregar información a la prensa.

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Una nueva legislación fue parte del pedido que la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos (Aedep) hizo el lunes en un manifiesto público en el que exhortó a los presidenciables a expresarse en favor de “aprobar una nueva legislación, integral, congruente con los estándares internacionales para la libertad de expresión y de prensa, y con diversos tratados y sentencias de cortes de derechos humanos”.

El gremio planteó que si la ley no era derogada, fuera reformada. (I)