El vicepresidente Jorge Glas acompañó este jueves a varias familias que se mantenían como albergadas en el antiguo aeropuerto Reales Tamarindos de Portoviejo a sus nuevas casas en el sector El Guabito.

Antes de ese cierre simbólico, Glas compartió un desayuno con las últimas familias que habían quedado en el albergue de la parroquia Los Esteros, en Manta, donde incluso desmontó una de las carpas en un lugar que en un inicio albergó a unas 156 familias.

“Aquí hay gente con garra manaba que no se deja doblegar ni por un terremoto”, explicó Glas en su discurso en el albergue de Portoviejo, en donde el pasado 18 de mayo en compañía de Lenín Moreno sintieron una de las réplicas más fuertes de 6,2 en la escala de Richter.

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En la capital manabita, Glas además de hacer el cierre simbólico del albergue del antiguo aeropuerto, acompañó a Claudio Carpio a ubicarse en su nueva casa en la cdla. El Guabito.

Mientras unos aspiraban a salir a sus nuevas viviendas en El Guabito, Katherine Pinargote, así como otros, se aprestaba a buscar un lugar mientras edifican la casa donde vivirá con su hijo y su hermana con discapacidad. Al tener un familiar con condiciones especiales se le estructura una vivienda de acuerdo con sus necesidades.

Según Pinargote, son tres las familias que recibirán un bono de alojamiento en el tiempo que dure la construcción de su casa. Julieta Arboleda, coordinadora zonal 4 del MIES, dijo que tras el sismo se acogió en este sitio a 285 familias, las que se fueron reduciendo hasta las 53 que estuvieron hasta ayer.

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Armenia Figueroa dijo que en este lugar aprendieron a convivir con cosas buenas y malas. (I)