El Kremlin rechazó este jueves las denuncias estadounidenses de que Rusia violó un tratado sobre armas nucleares y afirmó que seguirá respetando el pacto.

La polémica en torno al Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio de 1987 (INF por sus siglas en inglés) es un nuevo revés para el objetivo declarado del presidente Donald Trump de mejorar las relaciones con Moscú, cuando su gobierno es cuestionado por presuntos contactos con Rusia durante la campaña electoral.

El subjefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense, general Paul Selva, acusó a Rusia el miércoles de instalar un misil crucero disparado desde tierra, en violación del "espíritu e intención" del tratado nuclear, y dijo que la intención de Moscú es amenazar instalaciones de Estados Unidos y la OTAN en Europa.

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El vocero del presidente Vladimir Putin, Dmitry Peskov, respondió que "discrepamos de tales acusaciones y las rechazamos".

"Rusia ha cumplido y seguirá cumpliendo todas sus obligaciones internacionales, incluso las del Tratado INF", dijo en conferencia de prensa telefónica.

El Tratado INF prohíbe todos los misiles crucero disparados desde tierra con un alcance entre 500 y 5.500 kilómetros (310 y 3.410 millas).

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El gobierno del expresidente Barack Obama había acusado a Moscú de violar el tratado, pero la declaración de Selva fue la primera confirmación pública de informes recientes de que los rusos habían instalado el misil capaz de transportar una ojiva nuclear.

En enfrentamientos anteriores en torno al tratado, Rusia ha acusado a Washington de violarlo.

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Peskov observó que Rusia, a diferencia de Estados Unidos, está rodeada de vecinos provistos de misiles de alcance intermedio, pero que ha cumplido siempre con sus obligaciones bajo el tratado. (I)