Dios es mi fuente, mi fortaleza y mi poder.

Sígueme
Jesús enseñó que el mandamiento más importante es amar a Dios por sobre todas las cosas. En esta temporada de Cuaresma, dejo ir mis apegos emocionales y mi “equipaje” mental, y enfoco mi atención en Dios. Cuando Jesús llamó a sus discípulos, les dijo: “Sígueme”. Ellos lo siguieron con fe, y yo sigo con fe la guía que recibo del espíritu crístico interno. Dejo ir cualquier pensamiento, palabra o acción que me haga sentir separado de Dios. Le niego poder a toda creencia en la escasez o limitación. Reconozco y libero todo poder que haya podido darle a otra persona o a una sustancia física. El Cristo morador me recuerda que Dios es mi fuente, mi fortaleza y mi poder.

Mateo 22:37-38
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”. Este es el primero y más importante mandamiento. (F)