La guerrilla colombiana de las FARC, en proceso de abandonar las armas después del acuerdo de paz que firmó con el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, negó el lunes haber recibido financiación de la constructora brasileña Odebrecht para permitir la ejecución de obras en las zonas que controlaba.

El fin de semana, una revista de Brasil reportó que las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) recibieron durante años dinero de Odebrecht para permitir la ejecución de obras en regiones que controlaban los rebeldes, evitar ataques contra sus campamentos y secuestros de trabajadores.

"No tenemos conocimiento de que a la insurgencia de las FARC haya llegado un peso de financiación por la empresa Odebrecht", dijo en una conferencia de prensa en Bogotá, Pastor Alape, uno de los máximos dirigentes de las FARC.

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La constructora brasileña, que enfrenta un escándalo de corrupción en Colombia y en otros países de América Latina por el pago de millonarios sobornos para asegurar la adjudicación de obras, también negó haber financiado al grupo rebelde.

Pero de acuerdo con fuentes de seguridad, las FARC se financiaron durante años del narcotráfico, la minería ilegal, el secuestro y la extorsión.

Los casi 7.000 integrantes del grupo rebelde permanecen actualmente en 26 sitios ubicados en regiones selváticas y montañosas bajo la supervisión de la ONU, a la que le deberán entregar las armas con base en lo establecido en el acuerdo de paz que se firmó en noviembre pasado para acabar un conflicto de más de 52 años que ha dejado 220.000 muertos.