La intensificación de los combates en la ciudad iraquí de Mosul y en el norte de Siria provoca el éxodo de decenas de miles de civiles, agravando así la situación humanitaria en los dos países.

En Mosul, más de 45.000 personas han huido desde el comienzo de la ofensiva de las fuerzas iraquíes para arrebatar la parte oeste de la ciudad a los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI), informó ayer la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Sin embargo, el número de desplazados es inferior a los temores iniciales de la ONU, que temían un éxodo masivo de un millón de habitantes de Mosul. Miles de personas ya regresaron a la parte de la ciudad que ya fue recuperada por las fuerzas iraquíes.

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En el norte de Siria, unas 66.000 personas huyeron de los recientes combates en varios frentes de la provincia de Alepo, según indicó la ONU.

Familias enteras escapan de estos enfrentamientos que se han extendido a diferentes frentes, debido a la doble ofensiva de las fuerzas turcas y sus aliados rebeldes, por un lado, y de las tropas sirias apoyadas por Rusia, por el otro.

“Hemos abandonado nuestras casas con las manos vacías, nuestros hijos se mueren de hambre”, afirma Jumana, una siria de 25 años que huye con sus dos hijos. “Dáesh (acrónimo árabe del EI) nos disparaba, los aviones nos bombardeaban. Nuestros niños están aterrorizados. Hemos tenido suerte de salvarnos”, dice la mujer en un pueblo a 18 km de la ciudad siria de Manbij, el objetivo de muchos de los desplazados. (I)

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66
Mil personas

Esa población ha sido desplazada por los conflictos en la provincia de Alepo, en Siria.