La aparición de quebradas por efecto de las continuas lluvias dejó el fin de semana a unas 40 familias de comunidades de la parroquia Pueblo Nuevo literalmente en la calle. Ayer se requería de ayuda, sobre todo implementos para el descanso, pues una inundación arrasó colchones, camas y sábanas.

Adolfo Bravo, presidente de la junta parroquial de Pueblo Nuevo (perteneciente a Portoviejo), sostuvo que de las aproximadamente 40 familias afectadas, unas 15 se alojaron en casa de parientes.

Señaló que el resto espera ayuda, pese a que ya el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) entregó contribuciones. “Es insuficiente, por ejemplo dejan un colchón en familias que tienen cuatro hijos”, mencionó Bravo.

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Mosquiteros, repelentes y otros enseres se requieren para apoyar a familias que ayer se dedicaban junto a funcionarios y maquinaria a colaborar a retirar lodo embancado.

En la comunidad El Bejuco de la parroquia Río Chico también hay familias anegadas por una inundación. A ellas también les llegó asistencia.

Las lluvias también han repercutido en deslizamientos que han afectado la circulación vehicular, como la vía a Junín, aunque ayer ya fue habilitada luego de una interrupción por horas el domingo pasado.

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Además en la zona austral del país, un deslave en la vía Cuenca-Puerto Inca casi empuja un taxi a un barranco. Policías ayudaron a sostener el carro. También fue habilitado un paso lateral en el km 88 de la vía Cuenca-Molleturo, afectado el domingo por un deslizamiento.

En Guayaquil, conductores que se dirigían a los balnearios pasaron minutos de temor por la inundación de la vía a la costa, en el tramo Progreso-Santa Elena. (I)