Varios suicidas mataron ayer a al menos 42 personas, entre ellas el jefe de la inteligencia militar, en un ataque contra los cuarteles generales de los servicios de seguridad de la ciudad siria de Homs.

La antigua rama de Al Qaeda en Siria, Fateh al Sham, reivindicó estos atentados cometidos cuando la ONU intenta reanudar en Ginebra unas difíciles negociaciones de paz entre el régimen y la oposición para buscar una salida al conflicto que ha dejado más de 300.000 muertos y millones de desplazados desde el 2011.

Según los medios oficiales sirios, el ataque iba dirigido a las sedes de la seguridad del Estado y de la inteligencia militar, situadas en dos barrios del centro de Homs, la tercera ciudad de Siria, bajo control gubernamental.

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El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) dio un balance de 42 muertos en los atentados, mientras que el gobernador de la provincia de Homs, Talal Barazi, comunicó la cifra de 30 víctimas.

El emisario del régimen en las negociaciones de paz, Bashar al-Jaafari, prometió represalias tras lo ocurrido en Homs. El enviado de la ONU, Staffan de Mistura, aseguró que los ataques suicidas buscaban arruinar el proceso de paz. (I)