Resplandezco con salud y vitalidad.

Curación
EI agua que se vierte sobre una planta sedienta hará que se recupere de nuevo. La lluvia que cae en un sembradío reseco lo empapa hasta las raíces haciendo que recobre su verdor. Cuando me siento agotado, reconozco el Espíritu Santo morador que fluye por medio de mí, restaurándome y revitalizándome. Momentos callados de oración abren el camino por medio del cual este espíritu sanador llega a las profundidades de mi alma. Descanso en la presencia sanadora del Espíritu Santo y siento el comienzo de la curación. Ese mismo Espíritu mora en mis familiares y amigos como energía sanadora y renovación. Mantengo a cada uno en pensamiento fervoroso y visualizo salud, curación y perfección. Doy gracias por la energía divina restauradora.

Santiago 5:18
Después volvió a orar y el cielo dejó caer su lluvia, y la tierra dio sus frutos. (F)