La avenida Samborondón soportó un intenso tráfico, común en días ordinarios. A las 15:00, la cola de carros alcanzaba los 2 kilómetros, pero el avance era fluido. Los conductores iban al colegio Liceo Panamericano (km 3,5), cuyo personal administrativo orientó a votantes que ejercieron el derecho al sufragio oyendo música instrumental, emitida a través de los parlantes del plantel.

Shadia Ronquillo llegó de la urbanización La Joya, ubicada en la av. León Febres-Cordero, prolongación de la av. Samborondón. Carmen Torres vino de Entre Ríos. William Wray, de ascendencia inglesa, quien fue otro habitante de La Puntilla, dijo que le llamó la atención no haber visto encuestadores indagando por quién votó, en un afán de elaborar un exit poll.

En Durán, decenas de ciudadanos se volcaron a la ciudadela Primavera 2. Quienes llegaron pasado el mediodía se mostraron sofocados por el intenso sol. Había filas en torno a las aulas del colegio Nuevos Horizontes y quejas por supuestas demoras en el proceso de recepción del sufragio.

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Delegados del CNE autorizaron el armado de una urna adicional, en reemplazo de una que estaba ya saturada de papeletas.

Joffre Ponguillo, de 16 años, ejercició el voto facultativo, como también Olga Rojas. “Ya me voy a graduar y necesito certificado de votación”, dijo la joven. Andrés Navarrete, de 88 años, tenía problemas de movilidad. Sus parientes lo ayudaron y marcaron la papeleta conforme su voluntad.

La Puntilla y Durán concentran mucha gente que trabaja en Guayaquil, pero reciden en esos sectores. (I)