Ofuscación evidenciaron la mañana de este domingo decenas de votantes registrados en la parroquia Roca, en el centro de Guayaquil, por el cierre del colegio Ana Paredes de Alfaro, que esta vez ya no fue recinto electoral.

El inicial desconcierto se volvía enojo al conocer del cambio a la escuela Santa Marianita, distante a 12 cuadras del primer plantel. Los votantes manifestaban que llamando al número 150, habilitado para información por el Consejo Nacional Electoral (CNE), aún le contestaban que les correspondía sufragar en el Ana Paredes de Alfaro.

Este colegio, tradicional recinto electoral esta vez con problemas por las lluvias, queda en Sucre y Chimborazo; el otro establecimiento, en Chimborazo y Maldonado.

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"Esto fue un cambio de última hora, tradicionalmente hemos votado aquí", comentó Antonio Duque, quien acompañaba a su mamá, adulta mayor, a ejercer su derecho al voto.

Raúl Benítez aseguró que al llegar al colegio Ana Paredes le indicaron que las juntas receptoras del voto habían pasado al colegio La Providencia, fue allá y comprobó lo errado del dato. Contó que volvió al Ana Paredes llevado por el rumor de que los votantes estaban entrando por una puerta posterior. Tampoco era así. Fue cuando pudo saber del cambio a la escuela Santa Marianita.

Otros de los afectados por el cambio de sede fueron el exvicepresidente León Roldós y su sobrina, la activista política Martha Bucaram.

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Juan Narea, observador del Partido Social Cristiano (PSC), dijo que él también estuvo desorientado, que directivos de la Santa Marianita le comentaron que el viernes 17 el CNE les comunicó que habían sido asignados como recinto electoral, en vez del Ana Paredes.

Jessenia Torres, quien vino de Cuenca, dijo que conoció que le tocaba votar en el plantel referido mediante la página que habilitó el CNE. "Yo necesito ese papel, esto es desorganización" expresó molesta.

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Cerca de ella estaba Clelia Silva, de 78 aňos de edad, quien habia acudido a votar acompaňada de familiares. " Es mi derecho y yo deseo votar" indicó.

Inés Torres, habitante de Urdesa, también se sorprendió porque el colegio Ana Paredes no estaba funcionando como recinto electoral. " Yo no pude venir antes porque debía esperar que todos en mi casa fueran a votar primero para salir" comentó.

Este cambio también afectó el comercio. Maybol Maliza, vendedora de agua y chuzos, decidió quedarse en el colegio Ana Paredes pese a que no hubo votantes en el sitio. "Aquí me ganó a diario hasta $ 70, hoy solo $ 30" manifestó. (I)