Reinaba un silencio inusual en el Mercado Italiano de Filadelfia. Restaurantes de lujo en Nueva York, San Francisco y Washington permanecieron cerrados. Tiendas de víveres, food trucks, cafeterías y puestos de tacos en Chicago, Los Ángeles y Boston tampoco abrieron sus puertas.

Inmigrantes en todo Estados Unidos se quedaron en casa este jueves en lugar de ir a la escuela o a trabajar, para demostrar su importancia para la forma de vida y la economía estadounidense, y muchos de los negocios cerraron sus puertas en un acto de solidaridad durante la protesta nacional denominada ‘Un día sin inmigrantes’.

El boicot se realizó para expresar oposición a los esfuerzos del presidente Donald Trump para acotar la inmigración, sea legal o no. Los organizadores esperaban a miles de participaran o al menos importantes muestras de apoyo.

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La protesta incluso llegó al Capitolio, en donde una cafetería del Senado fue uno de varios establecimientos cerrados debido a que los empleados no se presentaron a trabajar.

Las actividades de la jornada también incluyeron marchas en varias ciudades.

Marcela Ardaya Vargas, quien es originaria de Bolivia y ahora vive en Falls Church, Virginia, sacó a su hijo de clases para que la acompañara a la protesta de ‘Un día sin inmigrantes’ en Washington. “Cuando preguntó por qué no iría a la escuela, le dije que hoy iba a aprender sobre inmigración”, comentó.

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Los organizadores atrajeron a inmigrantes de todos los estratos y condiciones, pero los efectos se sintieron más en la industria de restaurantes, que ha sido desde hace tiempo el primer peldaño en la escalera económica para los recién llegados al país, con sus múltiples empleos para cocineros, lavaplatos y meseros.

Restaurantes de lujo y de comida rápida por igual cerraron a lo largo y ancho del país. Barras de sushi, restaurantes brasileños o mexicanos, establecimientos de comida tailandesa o italiana dejaron con hambre a los comensales.

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Desde el final del 2007, el número de extranjeros empleados ha aumentado en casi 3,1 millones hasta los 25,9 millones; representan el 56% del incremento en el mercado laboral estadounidense en ese lapso, de acuerdo con el Departamento del Trabajo.

Los nacidos en el extranjero –incluyendo a los que tienen ciudadanía, los que son residentes y aquellos que trabajan sin autorización legal– tienden a ser más jóvenes y aceptar empleos en los ramos que han ido creciendo más rápido, incluyendo restaurantes, hoteles y comercios.

La industria de restaurantes tiene casi 12 millones de empleados y los inmigrantes conforman la mayoría: hasta el 70% en lugares como Nueva York y Chicago, de acuerdo con Restaurant Opportunities Centers United, una organización que trabaja para mejorar las condiciones laborales. Se estima que 1,3 millones de empleados en la industria son inmigrantes que viven en Estados Unidos sin autorización, indicó el grupo.

Durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, que ocurrió al mismo tiempo que las protestas a la hora del almuerzo, Trump mencionó que con sus medidas para proteger la frontera y los arrestos migratorios de cientos de personas la semana pasada su gobierno había salvado vidas todos los días que se efectuaron.

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11 millones
Alrededor de esa cantidad de personas indocumentadas viven en los Estados Unidos.

DACA
El presidente Donald Trump dijo el jueves que abordará “con corazón” la situación de 750.000 inmigrantes llevados a EE.UU. de niños y que se benefician del alivio migratorio DACA. También que no apelará el veto a su orden contra inmigrantes y refugiados de 7 países de mayoría musulmana porque presentará una nueva medida. (I)