¡Sal, sal, que llegó Iván!, ¡Látigo para Correa!, son las frases que retumban en medio del intenso tráfico de Guayaquil, el pasado lunes, a través de un parlante. Con eso se anuncia la llegada del candidato a Los Vergeles. “Ese que es deportista, el que le cortará la mano a los corruptos”, dicen varios curiosos. Se trata de Iván Espinel, presidenciable por Fuerza Compromiso Social.

Luce jeans, zapatos deportivos, una camisa formal de su partido, pero debajo de esta una camiseta de la Selección Ecuatoriana de Fútbol, pues con este gesto quiere promover la unidad en el país. “En este momento no interesa la bandera, la ideología, por eso cargo la camiseta, el día que vayan a votar a las urnas vota por Ecuador y no por un partido, vota por la unificación del país”, señala.

Cada dos cuadras se baja de la camioneta que lo transporta para besar, saludar y explicar sus ideas a toda persona que encuentra, pero también para escuchar sus necesidades. “Nosotros no le pedimos el voto, nosotros pedimos que escuchen las propuestas de este gran movimiento”, añade.

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“Iván, necesitamos trabajo, no hay para la papa”, le dice un vendedor informal al candidato y este le contestaba “te brindaré herramientas y acompañamiento para que puedas crecer y prosperar”.

Un chofer de una tricimoto flamea una bandera de Alianza PAIS al pasar la caravana de Fuerza Compromiso Social, Iván se ríe y se baja para conversar con el hombre y tratar de convencerlo de votar por él de una manera cordial.

No faltan mujeres que le piden una foto por lo “simpático que es” o una selfie para subirla a sus redes sociales. “Es joven, bonito y con una sonrisa atractiva”, es el comentario de un grupo de estudiantes.

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Luego, en una de las calles de Los Vergeles, el aspirante atiende a los medios de comunicación junto a uno de sus candidatos a asambleístas, quien carga el “látigo contra la corrupción”, y no duda en correr una cuadra junto a sus simpatizantes para demostrar su excelente estado físico a pesar del intenso sol.

La caravana desaparece entre pitos, banderas y canciones, tratando de convencer a los indecisos y quizá a los simpatizantes de otro partido. (I)