El papa Francisco reveló sus secretos contra el estrés en una entrevista publicada este jueves en Italia en la que admitió también que “hay corrupción” en el Vaticano.

“Hay corrupción en el Vaticano”, reconoció el papa argentino en un encuentro a puerta cerrada con los responsables de las congregaciones religiosas y publicado en parte por el diario Il Corriere della Sera.

Por primera vez desde que llegó al trono de Pedro en 2013, el papa argentino mencionó el peso que representa uno de los grandes males internos del Vaticano como es la corrupción y cómo lo está encarando.

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“En las conversaciones previas al cónclave se hablaba de reformas. Todos las querían, porque hay corrupción en el Vaticano”, dijo.

Pero “desde el momento en que fui elegido, sentí una profunda sensación de paz, que nunca se ha ido. Estoy en paz, no sé cómo explicarlo”, aseguró tras revelar que “no tomo tranquilizantes”.

Durante la larga charla, el papa recordó que en contrapartida sufría mucho por la ansiedad y la tensión cuando era arzobispo de Buenos Aires.

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El jefe de la Iglesia católica, empeñado en una serie de reformas internas, recalcó que las maniobras de sus opositores conservadores no le impiden dormir.

“Cuando hay un problema, le escribo un mensaje en un papel a san José y lo coloco bajo la estatua de él que tengo en mi habitación. Ahora duerme bajo un colchón de mensajes de papel”, contó divertido.

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“Yo duermo bien, duermo seis horas y rezo”, confesó el papa, quien cumplió en diciembre pasado sus 80 años.

Durante la conversación con los religiosos, Francisco sostuvo que en ocasiones es necesario dejar pasar y que las críticas, “cuando sirven para crecer, las acepto y respondo”, dijo.

A los superiores religiosos, el papa les pidió que encararan el fenómeno de la pedofilia y de los abusos sexuales a menores, como si se tratara de una enfermedad.

“Hablemos claro. Es una enfermedad. Si no nos convencemos de que es una enfermedad, no podremos resolver bien el problema”, dijo.

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“Parece que de 4 personas que abusan, 2 habrían sufrido también abusos. Se siembra el abuso en el futuro. Es devastador. Si hay sacerdotes implicados, está claro que está en acción la presencia del diablo que estropea la obra de Jesús a través de aquellos que deberían anunciar a Jesús”, comentó.

Francisco solicitó también mayor atención en la selección de los candidatos a ser religiosos para frenar el fenómeno, que tanto ha desprestigiado a la Iglesia católica.

“Hay que verificar la adecuada madurez afectiva” de todo candidato, recalcó.

“Por ejemplo, nunca hay que recibir para la vida religiosa o en una diócesis candidatos que han sido rechazados en otra sin pedir información detallada sobre por qué fueron alejados”, aconsejó.

Durante las tres horas de la reunión, el papa confesó también que cuando entró al noviciado para ser jesuita le dieron el cilicio, el célebre accesorio utilizado para la mortificación corporal y que sirve para combatir las tentaciones.

“Está bien el cilicio, pero atención: no debe servir para demostrar la propia fuerza y bondad”. (I)

El Evangelio es tomado sin calmantes. Incluso el asceta puede ser mundano. Y en su lugar debe ser profético. Cuando entré en el noviciado de los jesuitas, me dieron el cilicio”.