Miles de manifestantes soportaron las nevadas en la capital de Rumania para protestar por novena noche consecutiva en contra del gobierno, una pugna política que se originó por los planes del gabinete para aprobar leyes anticorrupción menos estrictas.

Los manifestantes hicieron un muñeco de nieve el miércoles durante la nevada en la Plaza Victoria, en donde se ubican las oficinas gubernamentales. Gritaron: "¡Resistiremos!" y "¡No nos marcharemos!" mientras algunos vehículos pasaban y algunos conductores tocaban sus bocinas en señal de apoyo.

El gobierno rumano retiró esta semana el polémico decreto que legalizaba algunos delitos de los burócratas, luego de que cientos de miles de personas se manifestaron en ciudades de todo el país.

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Las protestas antigubernamentales más grandes que se han visto en Rumania desde la violenta revolución de 1989 en la que fue derrocado el dictador Nicolae Ceausescu lograron el domingo que el nuevo gobierno anulara un decreto que despenalizaría algunos casos de corrupción.

La sociedad civil rumana reaccionó de inmediato frente al decreto de emergencia aprobado la semana pasada a altas horas de la noche para tratar con indulgencia los casos de corrupción que implicaran montos menores a un equivalente a 48.500 dólares.

La medida, a la que se opuso la influyente Iglesia ortodoxa rumana, habría debilitado las medidas contra la corrupción del país, que ha comenzado a lograr avances en una cultura del poder acostumbrado a la impunidad.

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El gobierno cedió el domingo al cabo de seis jornadas de protestas callejeras, aunque tiene intención de presentar otra versión de la normativa en el Parlamento, donde podría ser sometida a debate e incluso conseguir la aprobación.

El gobierno sobrevivió el miércoles a un voto de falta de confianza en el Parlamento, en donde cuenta con una sólida mayoría. (I)