El presidente Donald Trump firmó este martes un decreto que revive los proyectos relativos a dos polémicos oleoductos, aunque adelantó que los contratos serán sometidos a una renegociación.

Con la firma, el presidente volvió a traer a flote el extenso oleoducto Keystone XL, que transportaría crudo desde Canadá a refinerías en Estados Unidos, y otro que atravesaría territorio indígena en Dakota del Norte.

La decisión se produjo pese a los meses de protestas que llevan ambientalistas y grupos de nativos estadounidenses en Dakota del Norte contra el oleoducto Dakota Access de Energy Transfer Partners LP, valorado en 3.800 millones de dólares, que transportaría crudo desde la formación petrolera Bakken del estado, a través del Medio Oeste, hasta la Costa del Golfo de México estadounidense.

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Durante el mandato de Barack Obama, el oleoducto Keystone XL de Transcanada Corp fue rechazado en 2015, después de que los ambientalistas hicieron campaña contra el proyecto durante más de siete años. Transcanada declinó hacer comentarios.

La acción de Trump, que se produce en su cuarto día en el cargo, sería un impulso para los productores petroleros, preocupados por la limitada capacidad de los oleoductos que llevan el crudo al mercado. (I)