Donald Trump no pudo iniciar tranquilo su primer día completo de mandato, los más de dos millones de personas que salieron a protestar el sábado pasado hicieron retumbar su voz en EE.UU. para exigir que el mandatario respete sus derechos. Hicieron bullicio y en Washington varios de ellos gritaron hasta entrada la noche frente a la Casa Blanca.

“¡Tenía la impresión de que acabábamos de tener unas elecciones! ... ¿Por qué esta gente no votó?”, escribió ayer temprano Trump en Twitter, pero horas después tuiteó: “Las protestas pacíficas son un símbolo de nuestra democracia”.

El mismo día de las marchas, Trump se mostró duro con los medios, declaró la guerra a la prensa y se quejó de los reportes sobre una menor cantidad de asistentes a su investidura.

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“Hice un discurso. Miré, el campo estaba lleno, parecía que hubiera un millón o un millón y medio de personas... (Los medios) mostraron una imagen donde prácticamente no había nadie”, dijo Trump en una visita a la CIA, a la que había lanzado duras críticas.

Sus comentarios fueron criticados por el saliente director de la CIA, John Brennan, quien dijo estar “triste y enojado ante la exhibición despreciable de autoengrandecimiento de Donald Trump”, según Nick Shapiro, jefe de gabinete de Brennan.

Con tono de voz tenso e irritado, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spacer, aseguró que “fue la mayor audiencia que alguna vez acompañó una investidura. ¡Punto!”. Acusó a medios de dar información falsa, habló de una manipulación malintencionada, pero no dio ninguna prueba de respaldo, publicó elpais.com.

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Fotos aéreas tomadas el 20 de enero de 2009, día de la posesión de Barack Obama a la que se estima asistieron 1,8 millones de personas, y del pasado viernes, cuando asumió Trump, muestran que la investidura del republicano reunió a unos cientos de miles de personas.

El jefe de gabinete de la Casa Blanca, Reince Priebus, intensificó ayer las críticas del Gobierno a los medios y los acusó de tratar de deslegitimar al presidente y prometió combatir a ese tipo de cobertura “con diente y uña”.

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Según analistas, el hecho de que Trump y su jefe de prensa arremetieran contra los medios por reportes sobre la investidura fue una manera de intentar cambiar el foco de atención.

Trump inicia una semana llena de expectativas sobre decisiones que tomará en varios temas que han levantado polémica en el país y en el mundo.

El gobernante adelantó ayer que planea conversar con los líderes de Canadá y México para comenzar a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Trump anunció una reunión para este viernes con la primera ministra británica, Theresa May, y ha dicho que quiere negociar pronto un acuerdo comercial bilateral con Reino Unido. Mientras para el próximo 31 de enero prevé un encuentro con el presidente mexicano Enrique Peña Nieto para dialogar sobre comercio, migración y seguridad. (I)

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ESCENARIOS
Talibanes advierten

Los talibanes advirtieron a Trump que su país debe abandonar Afganistán, pues caso contrario puede sufrir “una derrota históricamente vergonzosa”. En un comunicado, los terroristas presentan a Trump como “un enigma para los estadounidenses y para miles de millones de personas en la Tierra”.

Dudas sobre paz con FARC
Rex Tillerson, designado por Trump para secretario de Estado, dijo tener dudas sobre el pacto de paz de Colombia y refirió que revisaría el reciente acuerdo de paz para determinar hasta qué punto EE.UU. debe seguir apoyando el pacto histórico que fue respaldado por Barack Obama.

Israel toma acciones 
Israel aprobó la construcción de 566 viviendas en Jerusalén Este, tras la llegada de Trump a la Casa Blanca, con la esperanza de que no comparta las críticas del Gobierno previo sobre esos proyectos. (I)