Con poca movilidad, desorientada, con dolor agudo y sin sensibilidad superficial o profunda por las heridas de perdigones en su cuerpo, fue llevado un jaguar hembra de unos 12 meses de edad al Hospital Veterinario de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), el pasado 30 de octubre.

El día anterior, el animal fue hallado por un guardia de una plantación de palmeras africanas en la parroquia San Roque del cantón Shushufindi, en Sucumbíos, y se dispuso su traslado al Parque Turístico Ecológico Nueva Loja donde recibió los primeros auxilios. Esto con la autorización del Ministerio del Ambiente (MAE), luego de que personal de la empresa reportara el hallazgo.

D’yaira, una palabra del idioma secoya que significa tigresa con valor, fue el nombre que le dieron los médicos especialistas que la atendieron, según contó Jorge Vera Fernández, un ingeniero ambiental que ayudó en el traslado del felino.

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“El doctor John Castillo la bautizó con ese nombre, ya que debe ser muy valiente para afrontar esta situación complicada, siendo tan solo una pequeña inocente”, señaló.

Debido a la gravedad de sus heridas fue llevada a Quito. Luego de la evaluación física, los médicos diagnosticaron un cuadro de tetraplejia (parálisis en sus cuatro extremidades), dijo José Antonio Campaña, director ejecutivo de Fundación Vida Silvestre Ecuador.

“Tras controlar el dolor, se tomaron radiografías que mostraron 18 perdigones en el cuerpo del felino, el más preocupante fue uno que se alojó en el canal medular, lo que complicaba su movilidad”, sostuvo.

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De forma inmediata, el equipo médico realizó una cirugía con el fin de descomprimir la médula, esperando una mejoría neurológica parcial, hasta poder realizar estudios específicos para determinar el estado de la columna y establecer la factibilidad de una nueva intervención quirúrgica, la que se efectuó en noviembre pasado luego de que una tomografía mostrara la localización exacta del perdigón.

Según Campaña, con este procedimiento “pionero” en el país, que contó con la colaboración de especialistas en neurocirugía humana y médicos veterinarios, se logró extraer el proyectil que se encontraba en la columna de D’yaira.

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“El equipo de neurocirujanos, encabezado por Julio César Enríquez, recibió a la paciente tras su contención y sedación. Con el jaguar en posición decúbito ventral se procedió a retirar los puntos de la cirugía previa por donde se ingresó a planos profundos musculares, hasta llegar a las vértebras afectadas, accediendo al canal medular para después retirar el perdigón”, explicó Campaña.

Esta exitosa intervención permitió que D’yaira mejore su movilidad, sensibilidad y las expectativas de una completa recuperación.

El Fondo Tueri de Ayuda para la Fauna Silvestre de la USFQ cubrió los gastos de tratamientos, alimentación y el primer procedimiento quirúrgico: aproximadamente $ 25.000.

La segunda cirugía fue gestionada por la Fundación Vida Silvestre Ecuador y se estima que el costo fue de $ 15.000.

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Luego de dos meses de recuperación, el 29 de diciembre anterior, el jaguar hembra fue trasladado de Quito al parque de Nueva Loja, donde recibe atención veterinaria y monitoreo constante para analizar los avances en su rehabilitación.

El Ministerio de Ambiente asegura, en su página web, que D’yaira fue víctima de la caza furtiva y que la Fiscalía de Sucumbíos realiza investigaciones para identificar a los culpables de la agresión, pero Campaña cree que otra de las causas puede ser la problemática entre el hombre y la fauna. “Este conflicto entre humanos y los animales silvestres se encuentra directamente ligado al uso de territorios y los recursos que se pueden encontrar en ellos. Al cambiarse la vegetación, ya sea por cultivos o viviendas, automáticamente se afecta la población de animales y se genera el contacto con el hombre”, dijo preocupado el ambientalista.

El proceso de reintroducción de un animal silvestre es largo y complejo. En el caso de D’yaira, deberá mejorar sus condiciones clínicas, físicas y biológicas para poder ser liberada en una zona óptima. (I)