El Ministerio de Cultura y Patrimonio emplazó a la Arquidiócesis de Guayaquil a que en el plazo de 48 horas le presente la ‘autorización de la autoridad competente’ con la que se procedió a desmontar la cruz de la Catedral Metropolitana, en una operación fallida.

El domingo 8 de enero, quienes están al frente de la Catedral dispusieron el retiro de dos cruces con la operación de un helicóptero, pero mientras la aeronave trataba de trasladar una estructura, esta se cayó provocando daños en el templo. La cruz terminó en la vereda de la calle Chimborazo.

Representantes de la Catedral señalaron que el informe de uno de sus técnicos daba cuenta de que la estructura que fue removida estaba en riesgo.

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A través de un comunicado, el Ministerio de Cultura y Patrimonio señaló que la Curia local no ha entregado la autorización para el ‘mantenimiento emergente’ del edificio de la iglesia patrimonial, situada en 10 de Agosto y Chimborazo, en el centro turístico de la urbe.

Según el Ministerio, la Arquidiócesis tampoco le ha remitido la licencia para la remoción y traslado de los elementos escultóricos del inmueble. Agregó que lo único que ha presentado es la copia de un oficio enviado al Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) en el que se solicita autorización para el mantenimiento de elementos interiores de la iglesia.

“Son el baldaquino, molduras y vitrales, que nada tienen que ver con el traslado de la cruz en referencia”, señaló.

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El ministro de Cultura, Raúl Vallejo, suscribió el comunicado, que fue elaborado supuestamente el miércoles 18 y recibido por la Curia el jueves 19.

El arzobispo de Guayaquil, monseñor Luis Cabrera, remitió ayer al Ministerio de Cultura su respuesta. Sostuvo que el retiro de la cruz no era parte de la remodelación ni restauración de la Catedral.

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Señaló que se trató de una intervención de emergencia, por lo que no tienen la autorización respectiva. “Se tomó la decisión en base a unos supuestos informes técnicos y permisos que, luego, comprobamos que no existían”, argumentó.

Luego de la caída de la cruz, personeros del Instituto Nacional de Patrimonio y Cultura acudieron a la Catedral para realizar una inspección. La entidad remitió un comunicado en el que advirtió del elevado nivel de deterioro del recubrimiento de hormigón que conforman las agujas de las torres del templo.

Allí, el Instituto recomendó suspender los trabajos en la iglesia “hasta que no existan las propuestas necesarias para lograr una intervención técnica acorde a su condición patrimonial”. Eso fue acogido y ahora los trabajos están paralizados.

Actualmente, una empresa privada hace estudios estructurales, pues el propósito es restaurar la iglesia. (I)

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años

tiene la Catedral como patrimonio cultural, declarada mediante acuerdo ministerial.