“Nos vemos, compadre”, despedían ayer amigos a Gary Estuardo Torres Granados, guayaquileño de 32 años, quien en diciembre pasado murió en Venezuela a manos de la delincuencia.

Su cuerpo fue sepultado en el cementerio del suburbio.

Torres Granados, contaron parientes, viajó en el 2003 a Caracas en busca de un mejor porvenir. Sus restos llegaron la madrugada del miércoles pasado a Guayaquil y fueron velados en la cooperativa Santiago Roldós, en el sur de la ciudad.

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Esmeraldas Granados, tía y madrina de bautizo del fallecido, y quien llegó a Guayaquil hace pocos días para radicarse en el país, contó que su sobrino desapareció el 8 de diciembre pasado cuando se dirigía a su casa, en el sector Las Malvinas, en Caracas.

“Él salió de su trabajo junto con su esposa, la fue a dejar a su casa y de ahí se dirigió a nuestra casa, en El Valle. Él nunca llegó a la casa”, relató la familiar sobre los momentos de angustia que vivieron al no saber el paradero de su familiar.

Dos días después encontraron su cuerpo en la morgue de Bello Monte, relató.

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“A él lo habían dejado en Petare, en el estado Miranda, lejos de donde nosotros vivimos. No se encontró el carro, le robaron el carro, el celular y creo que cargaba dinero. Le dieron un disparo, en el abdomen, que le causó la muerte. Lo dejaron botado en donde no lo pudieron auxiliar”, detalló.

Esmeraldas indicó que decidió retornar del todo a su país porque la situación económica y de inseguridad ciudadana es insostenible. “La situación está horrible. Si a la salida del aeropuerto le pueden robar. A cuántos extranjeros, muchos americanos los han muerto. Ahora no se puede caminar tranquilo en el centro de Caracas. Andan en bandas organizadas en los barrios y salen a otros lados”, lamentó Esmeraldas.

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Después de 40 días del asesinato, la familia de Gary le pudo dar sepultura en su país. Gretty González, prima del fallecido, contó que pasaron un suplicio para repatriar los restos, pues la funeraria hizo “los trámites equivocados”. Adicional a esto, indicó, tuvieron que pagar un dinero extra para que se enviara el cuerpo que estaba retenido en Colombia.

La víctima estaba casada con una ciudadana venezolana y deja a tres hijos en la orfandad. En Caracas trabajaba en la Agencia de Festejos Mar, empresa que organiza eventos.

El guayaquileño tenía previsto venir al país a finales del año anterior para festejar la Navidad y el Año Nuevo.

No obstante, no halló pasaje hasta después de las fiestas. La última vez que visitó Ecuador fue en el 2014; quería viajar a Estados Unidos, dijeron sus familiares. (I)

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