Mientras cuenta su experiencia, Michelle mueve sus manos con cierta ansiedad.

“Después del robo no he podido dormir bien”, dice la joven de 22 años, quien fue sorprendida por cuatro hombres que se hicieron pasar por policías de la Unidad de Antinarcóticos que supuestamente estaban ejecutando un operativo en su vivienda, en la ciudadela Sauces 9, en el norte de Guayaquil.

Eran las 14:00 del jueves pasado y Michelle regresaba a su casa después de haber salido a almorzar.

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“Había un carro al pie de mi casa y eso se me hizo raro, pensé que estaba esperando a alguien. De ahí vi que la puerta de mi casa estaba abierta, entonces me asusté”, relató.

La joven, que hace poco egresó de la carrera de Comercio Exterior y que vive solo con su madre, dijo que en ese momento el sujeto que conducía el auto —que estaba aparcado junto a su casa— le indicó que una mujer con dos niños habían entrado en el inmueble.

“Después salió otro tipo y me dijo que era de la Policía Judicial. Que estaban allanando la casa porque habían encontrado droga”, contó.

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Michelle señaló que se quedó estupefacta porque no sabía qué responder y que fue obligada a ingresar a la vivienda para que esté presente en el supuesto operativo.

Ya en el interior de la casa, uno de los tres individuos que se encontraban en el inmueble la llevó a un cuarto donde la mantuvo “entretenida” por varios minutos.

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“Él me seguía diciendo que era de la Policía Judicial, aunque no usaban distintivos policiales y hacía el amague con el teléfono, como si estuviese hablando por el celular”, contó.

Durante esta distracción, los otros dos sujetos revisaban la casa. En pocos minutos, los antisociales desempotraron un plasma de 49 pulgadas, tomaron una minilaptop, un celular y una mochila con documentos personales. Objetos valorados en unos 2 mil dólares.

Por este y otros hechos en el sector, moradores exigen patrullajes policiales y mejoras en el alumbrado público.

El fiscal Víctor González, de la Unidad de Delitos Flagrantes, indicó que como parte de la investigación se ha verificado con la Policía que en el día y sector del asalto no “existió una orden de servicio operacional”.

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González explicó que cuando se realiza un operativo, los agentes tienen chalecos con distintivos de las unidades policiales que lo ejecutan, quienes deben estar acompañados de un fiscal. Detalló que en los allanamientos, salvo en casos de flagrancia, los uniformados deben presentar una orden física firmada por un juez. (I)