La conviviente de Mauricio Pinto, asesinado a tiros la noche del jueves 12 en el Guasmo central, en el sur de Guayaquil, aseguró ayer que su pareja era objeto de amenazas de parte de una mujer vinculada con una banda delincuencial que identificó como Los Gorras.

Señaló que en noviembre pasado presentó una denuncia ante la Fiscalía en la cual supuestamente hizo constar el nombre completo de la aludida; a ella la señaló de mandar a intimidar a Mauricio, que incluso a un hijo adolescente de este le pusieron una pistola en la cabeza diciéndole que le diga a su papá “que se cuide”.

Con este caso van cinco muertes violentas en Guayas y Manabí en lo que va de la semana, luego del asesinato a puñaladas de José Manuel León el miércoles 11 en el suburbio; el aparente estrangulamiento de Judith Barberán, de 22 años, cuyo cuerpo fue hallado el mismo día en una zona agrícola de La Puntilla, en Samborondón; y el crimen a tiros de los cuñados Víctor Zambrano y José Castillo, en Manta, el jueves 12.

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Mauricio Pinto fue acribillado en la avenida Raúl Clemente Huerta, cooperativa Hogar para los Pobres, a unas diez cuadras de su vivienda, cuando era atendido en una vulcanizadora. La Policía halló tres indicios balísticos sin descartar que el hombre pudo haber recibido más disparos.

“En el celular están los mensajes de amenazas que le mandó esa mujer”, afirmó la conviviente, que dijo que el teléfono está en poder supuestamente de la Policía junto con la billetera y llaves de la moto en la que se movilizaba la víctima. Dijo que la banda también se hace llamar 100% Cuba.

Ella sostuvo que tenía un año con Mauricio, que quedó embarazada de él, que vivía junto con los otros tres hijos de su pareja en la casa de su suegra, que no tenían problemas con la mujer que antes convivió con el hombre. Adujo que la fémina que supuestamente mandó a matar a Mauricio le estaba exigiendo que cometa un crimen por encargo, que él conocía de armamento lo que le enseñaron en el servicio militar.

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En el levantamiento del cadáver, Germán Cevallos, jefe de la Zona 8 de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased), comentó que según familiares de la víctima, esta “se habría negado a expender drogas en el sector”.

Vecinos de la vulcanizadora negaron conocer al hombre que murió acribillado en este reciente caso de muerte violenta en Guayaquil. “Pensé que se había reventado una llanta”, atinó a decir un jornalero.

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La víctima iba a recibir velación en la coop. Unión y Progreso 1, donde vivía, también en el Guasmo central. (I)