El rescate de los bancos españoles en 2012, hundidos por la explosión de la burbuja inmobiliaria al comienzo de la crisis, costó cerca de 61.000 millones de euros a los contribuyentes, según una estimación provisional del Tribunal de Cuentas difundida el miércoles.

"El coste acumulado de los recursos públicos empleados en el proceso de reestructuración bancaria se situaba, al cierre de 2015, en 60.718 millones de euros", asegura la institución en un informe difundido el miércoles.

El periodo contabilizado empieza en 2009, un año después del estallido de la burbuja inmobiliaria que se generó durante la euforia inversora de los años 2000, con la concesión masiva de créditos hipotecarios que después no se pudieron reembolsar.

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El sector bancario requirió un plan de rescate en 2012 consistente en un préstamo europeo de 41.300 millones de euros.

Bankia, nacida de la fusión de siete cajas de ahorros en dificultades, fue la principal beneficiaria: tras una entrada en bolsa desastrosa en 2011, tuvo que ser salvada de la quiebra con una inyección de 22.000 millones de euros.

El gobierno español no prevé volver a privatizar la entidad hasta finales de 2019.

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El Tribunal de Cuentas señala que la estimación del coste total del rescate "no puede considerarse definitiva, en tanto que no se encuentren finalizados todos los procesos de restructuración".

Por el momento, el Estado español recuperó de los bancos entre 3.000 y 5.000 millones, según las estimación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y el Banco de España.

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Madrid, por su parte, reembolsó 6.600 millones a la Unión Europea. (i)