El taller está a la entrada de su casa en Durán. Allí las manchas de grasa y de pintura están por todos lados, hasta en la ropa. En una mesa de madera están las cadenas desgastadas de las bicicletas, la máquina para soldar y los tarros de pintura, que son los materiales con los que Tomás Arévalo hace bicicletas en miniatura.

Él, un guayaquileño de 44 años, es soldador de profesión y pertenece al grupo de ciclistas Sambo Bikers, desde hace tres años, por lo que con su emprendimiento combina sus dos pasiones.

Tomás cuenta que todo se dio de manera inesperada, hace unas tres semanas, luego de ver un video en Instagram en el que se veía el proceso de elaboración de una bicicleta de adorno elaborada con cadenas de bicicletas.

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“Una tarde que estaba sin hacer nada recordé el video y quise intentarlo, me demoré cuatro horas en hacer la primera porque la soldadura de algo tan pequeño no es fácil a pesar de mis años de experiencia, al terminar subí una foto a mi cuenta personal de Instagram y un amigo que la vio quedó fascinado y me hizo el primer pedido, en menos de una semana tuve 22 interesados”, cuenta.

Para Tomás hacer estas bicicletas es un pasatiempo que nunca vio como un trabajo que le pudiera generar un ingreso. Ahora asegura que continuará haciéndolas mientras tenga pedidos.

Las cadenas se las compra a los talleres que reparan bicicletas en $ 1,50 y $ 2, luego compra soldadura de acero inoxidable y espray desoxidante. Él se encarga del envío de sus pedidos. Las bicicletas tienen un tamaño estándar y su costo oscila entre $ 20 y $ 25.

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Tomás es soldador desde los 15 años, cuando motivado por la curiosidad, se metía a un taller que había en el barrio y se ponía a ver el trabajo de los maestros mecánicos. De esta manera aprendió a soldar sin que nadie se lo enseñara, solo viendo, y poco a poco ganó experiencia en el oficio.

Su pasión por el ciclismo comenzó a los 17 años. Fue seleccionado de la Federación del Guayas durante 5 años y a los 22 años fue campeón nacional en velocidad olímpica en pista. Ya a los 23 años tuvo que dejar un poco de lado esta actividad por falta de tiempo, ya que trabajaba casi todo el día.

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Uno de los trabajos que más recuerda es haber hecho la estructura metálica de los carros alegóricos para las fiestas de Guayaquil, hace unos cuatro años.

Ahora ha retomado el deporte del ciclismo junto a sus compañeros en Sambo Bikers, por lo que sale a pedalear cinco veces a la semana. El punto de encuentro es el centro comercial La Piazza. Los martes y jueves avanzan hasta Tarifa y los sábados y domingos hasta Samborondón, además hace un entrenamiento especial y personalizado a tres alumnos.

Sus hijos David, de 12 años y Julio César de 11, comparten con él su gusto por el ciclismo y la elaboración de las estatuillas de acero. Ellos son sus ayudantes. Su hija mayor, Victoria, de 25 años, ya no vive con él. (I)

Me parece algo novedoso y bonito para decorar algún espacio en la casa. Además siempre hay que apoyar aquellos emprendimientos que aportan con ideas diferentes”.José Vallejo, Soldador y ciclista