Las bolas de nieve vuelan por los aires sin que Julián De la Torre, un niño de 5 años, falle ni un solo tiro. Con sus pequeñas manos, que están con guantes para protegerse del frío, coge la mayor cantidad de nieve, la compacta dando dos golpecitos y la lanza a la espalda de su hermano mayor.

Animados con música bailable, de esas que no pasan de moda como El baile de la botella, la Macarena, entre otras, pequeños y adultos juegan en el trineo, se meten en un iglú y no pierden la oportunidad de subirse a la resbaladera de hielo que está en una esquina.

Estos juegos recrean el parque con nieve real Alaska Nieve, que estará en el centro comercial Village Plaza hasta mediados de este mes.

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Esta atracción viene de Colombia. Llegó a Ecuador en julio pasado, primero estuvo en el centro comercial CityMall y desde hace mes y medio está en el tercer piso de Village Plaza (km 1,5).

El área es de 100 centros cuadrados, con temperaturas de 15 grados bajo cero y nieve real, que tiene una densidad de 10 a 15 centímetros.

El costo es de $ 10 por persona, por 20 minutos.

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El valor incluye guantes, chaqueta y una foto digital. También hay botas que se alquilan por un valor de $ 3.

“La idea de esta atracción es poder llevar nieve real a los lugares donde no hay esta estación y donde la mayoría de su población no la llega a conocer, es hacerlos tener la experiencia de jugar y sentir la nieve”, dice Elizabeth Solórzano, encargada del parque.

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Alaska Nieve ha estado en varias ciudades de Colombia, así como en Panamá. En los próximos meses estará en Perú y Brasil.

Antes de ingresar lo primero que hay que hacer es abrigarse. Luego un encargado da ciertas recomendaciones como estar en constante movimiento para no sentir tanto frío y evitar lanzar las bolas de nieve en el rostro.

“Aunque estar en lo frío no es lo mío, me atrajo el nombre y la idea de poder tocar la nieve real. Fue divertido y me parece una muy buena alternativa para experimentar con la familia”, dijo Álex Haro, de 19 años, quien visitó el lugar junto con su novia, María José García, con quien no dejaba de tomarse fotos, en especial subidos en un trineo rojo que hay en el parque de nieve.

“Fue increíble la sensación de poder tocar la nieve por primera vez, estar en el frío y con todos los elementos que hay adentro, te traslada a otro lugar, fue divertido y diferente”, comentó Carolina Jiménez, quien visitó el sitio junto a su hijo Matías, de 5 años, y su sobrino Fernando, de 6 años.

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Al lugar pueden ingresar personas de todas las edades, hasta bebés. Niños a partir de los 10 años pueden entrar sin la compañía de un adulto. (E)

Sentí la nieve un poco dura, pero igual me divertí mucho, jugué con un oso gigante, me subí al trineo y a la resbaladera que estaba muy fría. Hice bolas de nieve”.Martín de la Torre, Visitante