Por exigencia del presidente electo, Donald Trump, los republicanos de la Cámara de Representantes dieron marcha atrás y cancelaron ayer sus planes de dejar sin funciones una comisión independiente que vigila la ética legislativa en el Congreso.

El vertiginoso cambio de decisión tuvo lugar en la primera sesión del 115º Congreso. Los representantes republicanos se encontraron bajo fuego no solo de los demócratas, sino del futuro mandatario, por haber decidido el lunes de manera sigilosa neutralizar la Oficina de Ética del Congreso –que es autónoma– y ponerla bajo control de los legisladores.

El episodio ilustra la influencia que Trump podría tener sobre su partido en Washington, donde tendrá la mayoría en ambas cámaras por primera vez en una década.

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En tanto, ante la advertencia que lanzó ayer Trump a General Motors, de imponer aranceles a los vehículos que fabrica en México e ingresan a EE.UU. sin impuestos, Ford decidió cancelar la construcción de una fábrica en San Luis Potosí y ampliar otra en Michigan. (I)