Al menos tres reformas se están considerando en el etiquetado de alimentos procesados, medida que está en vigencia desde agosto del 2014 y que consiste en un sistema gráfico de colores que señala el nivel de sal, grasa y azúcar. El rojo está asignado para los altos contenidos, el amarillo para los medianos y el verde para los bajos.

El Ministerio de Salud, que ha liderado el proyecto, indicó que se están considerando estos cambios: se calcularán azúcares añadidas, los alimentos para los lactantes tendrán etiquetado y habrá una advertencia con fondo rojo para los productos con edulcolorantes artificiales.

Según la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab), los resultados de la aplicación del etiquetado con referencia al estado de salud de los ecuatorianos se desconoce. Pero el Gobierno aseguró que realizó una evaluación cualitativa en la Costa, Sierra y Amazonía para determinar su impacto.

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Esa investigación incluyó técnicas como discusiones de grupos focales con la participación de 178 personas, entrevistas, así como observación estructurada.

“El principal hallazgo de la investigación fue que el semáforo es ampliamente reconocido por los consumidores de todas las edades, y que existe un alto nivel de comprensión de la información porque se presenta en forma sencilla, con colores llamativos, similar a un semáforo vial”, explicó el Ministerio de Salud.

Christian Wahli, presidente de la Anfab, señaló que si bien es una advertencia, el semáforo “no es una información”, pues advierte de un producto rojo, pero no especifica qué tan rojo es, o si, por ejemplo, el amarillo está más cerca del rojo o muy cerca del color verde.

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Agregó que su implementación –en forma global– frenó el crecimiento de esa industria y que hubo un descenso de ventas, por ejemplo, en el caso del yogur, de entre 12% y 15% dependiendo de la marca, que a su vez, redujo la compra de la leche, al igual que el cereal.

Según Wahli, se discute la posibilidad de que se establezca en cantidad el gramaje de sal, azúcar y grasa y lo que representan en proporción de la dieta diaria. La secretaría de Estado sostuvo que no se alterará el diseño original.

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Una de las inquietudes del ámbito alimenticio y de bebidas es que el etiquetado podría pasar a formar parte del Código de Salud, que se discute en la Asamblea Nacional. Con ello, a su juicio, hacer ajustes administrativos requerirían una reforma en esa función del Estado.

El Ministerio agregó que además se trabaja en un proyecto de elaboración de guías alimenticias para la población que incluirá una campaña de alimentación saludable que contendrá, entre otros aspectos, la comprensión del semáforo, los conceptos con relación al procesamiento de alimentos y su relación con las enfermedades crónicas no transmisibles.

También se destacó que se regularon los bares escolares, por lo cual ninguna institución educativa puede vender productos con altos contenidos de azúcar, sal o grasa, orientadas a detener el incremento del sobrepeso y la obesidad. (I)