La policía detuvo a más de 200 integrantes de una red repartida por España que estafó con al menos 16 millones de euros (17 millones de dólares) a víctimas en China, informaron este miércoles en Madrid representantes de ambos cuerpos policiales.

Las capturas se realizaron el martes en la colaboración más estrecha hasta la fecha entre las policías de ambos países.

Todos los detenidos dentro de la Operación Wall (“Muralla” en español) son ciudadanos de nacionalidad china, incluidos un número indeterminado de ciudadanos taiwaneses que pasarán a disposición de los jueces de la Audiencia Nacional, señaló Eugenio Pereiro, jefe de la Unidad de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional.

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El consejero consular de China en Madrid, Zhu Jian, confirmó a Associated Press que su gobierno solicitará la extradición de la totalidad de los detenidos para que sean juzgados en suelo chino. Pekín requiere también que se deporten a China continental los ciudadanos de Taiwán, la isla autogobernada que considera parte de su territorio. El gobierno de Madrid no tiene relaciones diplomáticas oficiales con el gobierno de Taipei pero sí con Pekín, con el que firmó un acuerdo de extradición en 2006.

La red mantenía 13 centros telefónicos ocultados en una veintena de chalés de lujo alquilados en Madrid, Barcelona y Alicante. Los detenidos, según la policía, realizaban llamadas con tecnología IP a personas en China. Al principio se hacían pasar por amigos o familiares y les advertían de estafas fraudulentas. En llamadas posteriores, se hacían pasar por agentes policiales que investigaban las estafas y convencían a las víctimas para que traspasasen sus fondos a cuentas bancarias que la red mantenía en paraísos fiscales.

La policía estimó en “miles” el número de víctimas chinas, la mayoría de bajos recursos, que fueron estafadas por un valor cercano a 120 millones de yuanes. Algunas de las víctimas se suicidaron debido a los perjuicios económicos causados, señaló esta misma fuente. La trama española formaba parte de una red internacional con presencia destacada en Grecia y Armenia, pero con operativos en cinco continentes. Los cabecillas operaban desde Taiwán, dijo Pereiro a AP.

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“Las tecnologías de internet están muy avanzadas, y este caso debe ser una advertencia respecto al uso que se está haciendo de las telecomunicaciones para acometer actividades criminales” señaló Yang Dong, director del departamento de investigación criminal del Ministerio de Seguridad Pública de China, que ha trabajado al frente de 60 policías chinos en España.

Más de 600 agentes españoles participaron en los seis meses de investigación y en el registro de los chalés que concluyó ayer. Los representantes de ambas policías describieron la operación como un modelo de cooperación entre las policías de China y España. (I)