Cuando nos referimos a la problemática geopolítica surgida por el posible accionar de dirigentes de ciertos países en su contexto político nacional, y de sus efectos futuros internacionales, se vislumbran miramientos de diversas índoles: bélicos, económicos, sociales..; es igual, pretender desconocer certezas científicas sobre asuntos ecosocioambientales que no se pueden soslayar, por más que la ineptitud o ambición traten de negarlos.

Al momento, el planeta tiene realidades concretas que hay que enfrentarlas para conservarlo o destruirlo con sus consecuencias; de las más relevantes son el indetenible aumento poblacional; la limitada capacidad territorial ambiental, salvo que se llegue a habitar otros planetas lo cual todavía es irreal; la eficiencia para evitar la pobreza de millones de ciudadanos, origen de casi todo conflicto nacional o internacional que unido al afán de transcendencia de dirigentes de naciones, han ocasionado múltiples guerras por el dominio hacia los demás. Se creía que el humanismo estaba firme dada la evolución del pensamiento, pero la realidad es otra. El sufrimiento pasado de millones de seres en las últimas guerras mundiales y de las que están ocurriendo, parece que no ha penetrado lo suficiente en el razonamiento de ciertos dirigentes, y pretenden desconocer dos resultados actuales originados por el “avance” del desarrollo: la globalización afianzada por la tecnología y la respuesta que da la naturaleza con fenómenos que soportamos ante la agresión ambiental de la pobreza o del afán del “desarrollismo”. Estudios del año pasado de las NN. UU. han calculado el perjuicio de dichos fenómenos por casi $ 500.000 millones, no se diga la desaparición de vidas humanas, cuya respuesta correctiva se pretende con la aplicación de tratados ambientales firmados el año pasado sobre el Cambio Climático y los Objetivos del Desarrollo Sostenible. Traigo a colación este razonamiento por la retórica esgrimida por dirigentes de ciertos países con más progreso económico y visión en su gobernanza. No se puede minimizar a los que viven con siglos de atraso. ¿Será que se cumple la teoría del corsi e recorsi del insigne filósofo de la historia Giambattista Vico? Es decir, que la devolución histórica de los pueblos es una cadena de avances y retrocesos, volviéndose al punto de partida, en ocasiones nefastas. Su nuevo inicio nunca será igual. El futuro nos dará la respuesta.(O)

Regina Zambrano Reina, doctora en Jurisprudencia,Guayaquil