YO SOBREVIVÍ. Amanecía aquel jueves 14 de julio de este año. Los guardias se disponían a realizar el cambio de personal cuando Geremías Gallegos escuchó que un hombre alertaba de una posible pelea. Al acercarse a la otra entrada de las empresas para las que trabajaba, en el sur de Guayaquil, vio cómo un individuo tenía sometido a un compañero.

Le había quitado el revólver y con una pistola apuntaba a Gallegos, quien dice que disparó primero en defensa propia. Luego el asaltante herido respondió con un disparo que destruyó su maxilar derecho. Geremías recuerda que cayó al piso y que la policía llegó a los veinte minutos del hecho, y la ambulancia, unos 40 minutos después.

Ante los disparos, otros tres asaltantes que ya habían ingresado a la empresa con el fin de robar, huyeron del sitio y se llevaron al sujeto herido en una moto. “En total supimos que eran diez los que participaron en el asalto que finalmente no se concretó. El que me disparó era el campanero, el que les avisaba por si llegaba la policía”, dice Gallegos, de 24 años.

Publicidad

A más de la cicatriz en su rostro, secuela de las dos cirugías plásticas a las que se ha sometido, está el problema que ahora tiene para hablar.

“Me reconstruyeron con una placa de titanio el maxilar derecho que quedó destruido con el disparo, pero no es lo mismo”.Geremías Gallegos, de 24 años

Y su esposa también le pidió que abandone el trabajo de guardia de seguridad. Incluso desde que salió del hospital Teodoro Maldonado Carbo del IESS, más de un mes después del intento de robo, dejó Guayaquil –ciudad a la que había migrado hace cinco años– y regresó a su ciudad de origen, Vinces, en Los Ríos.

Allí ha trabajado como maestro de construcción o en lo que le salga. Las opciones son reducidas, ya que solo tiene el título de bachiller, pero debe mantener a su hijo de tres años. “Lamentablemente el trabajo de guardia es peligroso, pero estable, al menos tenía un ingreso fijo. Si es que me toca regresar a lo mismo, lo haría porque debo pensar en mi familia”, refiere Gallegos.

Publicidad

Sobre el hecho que trastocó su vida dice que al momento no han capturado a los responsables: “No se detuvo a nadie hasta donde yo sé. Nunca supe lo que le pasó a la persona que disparé. Le di en la pierna y en la barriga, todo fue en defensa propia porque me estaba apuntando”, refiere. (I)

Otros testimonios:

 

Publicidad

 Espera justicia tras muerte de su hijo

Le pusieron un arma en la cabeza