El proceso de adquisición del equipo para el dragado permanente de los sólidos acumulados en las lagunas de oxidación, ubicadas en el norte de Guayaquil, durará entre 4 y 5 meses, de acuerdo con Ilfn Florsheim, gerenta de Comunicación de Interagua, a cargo del sistema.

La operación de aquella maquinaria es parte de un conjunto de acciones para solucionar el problema de fetidez que ha motivado quejas de moradores de las ciudadelas Guayacanes y Sauces 4, como de residentes de La Puntilla, en Samborondón.

Florsheim señaló que anteriormente han procedido con el dragado, pero que la acción en adelante será permanente con miras a reducir molestias, lo cual se complementará con la operación adicional de cuatro aireadores. Podrán contar con ellos en cuatro meses, estimó.

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Sostuvo que la semana pasado iniciaron una nueva fase de uso de bacterias capaces de ayudar a disolver los sólidos.

Aunque los episodios de fetidez han motivado quejas en meses anteriores, moradores de Guayacanes afirmaron ayer que en días recientes las molestias han recrudecido. Noemí Villacís, habitante de la manzana 125 y con 22 años en la ciudadela, habló de un olor insoportable. “No es cosa de uno”, dijo al remarcar que su queja tiene sustento.

Los pasajes de fetidez, según vecinos, duran varios minutos, son repetitivos y más molestos en ratos de sol intenso.

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Su vecina Maritza Quinteros, otra moradora de Guayacanes, opinó que las piscinas soportarían más carga de aguas residuales por el crecimiento demográfico del norte de Guayaquil y aludió las invasiones.

Interagua, que asumió el manejo de las lagunas dentro de su competencia en alcantarillado, señaló en un informe que tres auditorías recientes probaron el cumplimiento de normas ambientales internacionales, que cuenta con licencia ambiental, que entre julio de 2012 y abril del 2015 utilizó bacterias para el control de olores. Y expuso que la solución definitiva es la obra de la planta de tratamiento de aguas residuales Los Merinos, que está contemplada para el 2018.

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Residentes de La Puntilla que han cuestionado el manejo de las lagunas exigen las inversiones necesarias para terminar con el problema. Buscan que para el efecto el ente competente dé paso a un proceso administrativo. (I)