A pedido del papa Francisco, unos 70 alcaldes de ciudades europeas, entre ellos muchos de Italia, España y Alemania, se reunieron este viernes y sábado en el Vaticano para hablar de migración y refugiados.

Las alcaldesas de Roma, Madrid y Barcelona pidieron "soluciones creíbles" para hacer frente a la crisis migratoria que ha convertido el Mediterráneo en un "cementerio", según denunciaron.

"Tenemos el deber moral de la solidaridad", aseguró la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, de la formación populista Movimiento Cinco Estrellas (M5S, populista), al abrir el encuentro en la Casina Pio IV, en los jardines del Vaticano.

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"Tenemos que encontrar soluciones a través de un cambio radical de las decisiones políticas y económicas", instó la alcaldesa romana en línea con la posición del pontífice argentino, hijo de emigrantes italianos.

"Nuestras ciudades parecen ser enclaves cerrados en su egoísmo", dijo.

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Por su parte, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, representante de la izquierda radical del movimiento Podemos, considera fundamental que el emigrante obtenga un trabajo digno en la tierra que lo recibe.

"Tenemos que conseguir por los sistemas jurídicos que sean los poderes locales los que podamos conceder autorizaciones para trabajar a las personas migrantes, a los refugiados", instó.

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La dirigente española considera una contradicción que "los servicios sociales puedan dar prestaciones, alojamiento, formación", pero que "no pueden trabajar", dijo.

"Esta sociedad llena de riqueza no permite la posibilidad de trabajar", lamentó.

La combativa alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, fundadora de la plataforma Afectados por la Hipoteca, denunció la política de la Unión Europea, indignada por la construcción de muros y el cierre de fronteras.

"No podemos acostumbrarnos al horror porque, si no, estaremos perdidos", dijo.

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"Es intolerable que veamos cómo se acumulan casi 5.000 muertos en un año en el cementerio del Mediterráneo", aseguró.

Reunidos bajo el lema "Europa: los refugiados son nuestros hermanos y hermanas", los alcaldes rechazaron lo que calificó Colau de "bunkerización" de Europa.

La creciente mentalidad xenófoba en el viejo continente fue condenada por la alcaldesa de Colonia, Enriqueta Reker, la ciudad que la víspera de Noche Vieja pasada registró una ola de abusos sexuales por parte de extranjeros.

La alcaldesa sobrevivió además a un ataque con cuchilladas por motivos xenófobos en 2015.

Reunidos por soluciones

Presente también el alcalde de la isla griega de Lesbos, Spyros Galinos, quien recibió al papa Francisco en abril pasado, durante su visita a la isla emblema de la tragedia de la migración.

El alcalde de la siciliana Palermo, Leoluca Orlando, propuso abolir el permiso de estadía en Europa para aquellos que huyen de las guerras de manera de romper la cadena ilegal de traficantes de personas en las que caen muchos de ellos.

Según Orlando, en los dos últimos años han llegado a Sicilia unos 400.000 migrantes.

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Para el alcalde de Lisboa, Fernando Medina, "la cuestión más importante es querer resolver el problema", reconoció.

"Tenemos recursos financieros, tenemos recursos organizativos, tenemos todo para ayudar a esa gente que está luchando por su vida. No están luchando por una vida mejor sino simplemente por la vida", recalcó.

Más de 1,3 millones de refugiados o migrantes llegaron ilegalmente a Europa por mar desde 2015, la mayoría de ellos escapando de la guerra en Siria, Irak o Afganistán.

Más de 4.700 murieron se ahogaron durante la travesía, según cifras de ONU. (I)