“Chantaje, solo chantaje” fue el título de la columna de opinión que publicó el periodista Jorge Vivanco Mendieta, el 6 de julio de 1995, en el que contó que el entonces vicepresidente Alberto Dahik había dicho en un almuerzo informal con la prensa que ciertos diputados y jueces habían exigido dinero al Gobierno para aprobar leyes y dictar fallos de su interés.

Dicha revelación impulsó una investigación sobre gastos reservados que significó, luego, la salida de Dahik del cargo.

Ese es uno de los más relevantes artículos publicados por Vivanco, que falleció ayer en Guayaquil a los 89 años.

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Su espacio editorial, que salía los miércoles y sábados en las páginas de diario Expreso, se llamaba ‘Barajando los días’.

Considerado como uno de los referentes éticos del periodismo, Vivanco tuvo una carrera de más de 60 años.

Inició su trabajo como corrector de pruebas en diario El Comercio y luego fue editor de la Sección Cultura. También escribió en la revista La Calle, diario La Razón, diario El Telégrafo y en los últimos años en diario Expreso y revista Vistazo.

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En El Telégrafo y en Expreso firmaba sus escritos como Modesto Severo. Dos de los rasgos que él mismo y sus colegas reconocían en su personalidad.

Vivanco también fue presidente de la desaparecida Comisión de Control Cívico de la Corrupción, pero renunció a su cargo por motivos de salud.

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Fue un paso fugaz por la función pública. A lo largo de su carrera rechazó ofrecimientos de cargos ministeriales y diplomáticos. “Yo no quiero ser burócrata, además yo no creo que el periodista deba entrar en esa parte de la función pública”, declaró en una entrevista citada por la ONG Fundamedios.

El velorio del editorialista lojano se realiza en Parque de la Paz, en Samborondón. El sepelio es hoy, a las 17:00. (I)