La paz del Cristo renace en mi corazón.

 

Paz interna

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Sorprendentemente, un pequeño incidente tiene el potencial de crear un torbellino de estrés en mí. Quizás tenga que ir a una cita y no encuentre las llaves del automóvil. La búsqueda frenética y el torrente de adrenalina hacen que mi nivel de estrés aumente. En momentos como este, respiro profundamente y voy a mi interior. Enfoco mis pensamientos en la vida de Dios en mí, y me tranquilizo. Me siento a salvo en las profundidades de mi alma donde mora la paz del Cristo. Renazco a esta paz y una gran calma fluye por todo mi ser. Gracias al Cristo en mí puedo mantenerme afable y sereno. Y, al permanecer afianzado en mi divinidad, la paz renace en mi corazón.

Romanos 8:9

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Ustedes no viven según las intenciones de la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en ustedes. (F)

 

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