Desde septiembre pasado, el volcán Cayambe ha presentado anomalías en su comportamiento sísmico, según el Instituto Geofísico. Esta situación habría generado un temblor de magnitud 3,6 en la escala de Richter, que fue sentido, el 27 de noviembre último, por los habitantes Cayambe y sus alrededores.

Pese a que no existe un peligro inminente de erupción en el Cayambe, ubicado a 60 kilómetros al nororiente de Quito, autoridades del Comité de Operaciones de Emergencia local (COE) se reunieron ayer con representantes de la Secretaría Nacional de Riesgos y del Instituto Geofísico para evaluar la situación.

Datos del IG ubican al Cayambe como un volcán de 5.790 metros que se encuentra en estado activo. Geográficamente está en la parte norte de la Cordillera Real del Ecuador, a tan solo 15 kilómetros al oriente de la capital cantonal de Cayambe, la cual cuenta con un aproximado de 20.000 habitantes.

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La directora del IG, Alexandra Alvarado, no piensa que esta sea una actividad que pueda generar una erupción inmediatamente, pero aclara que podría conducir a un proceso eruptivo “tipo Cotopaxi 2015”, es decir, “emisión de ceniza y gases que no generaría mayor afectación”.

Esa explicación fue expuesta ante miembros del COE local, autoridades comunitarias y líderes del cantón, quienes fueron convocados para ser informados de la situación y trazar planes preventivos para el campo y la ciudad.

La secretaria nacional de Gestión de Riesgos, Susana Dueñas, resaltó la importancia de este tipo de reuniones, pues, manifestó, los científicos que dan seguimiento técnico a los volcanes son la fuente oficial para la toma de decisiones.

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Para el alcalde de Cayambe, Guillermo Churuchumbi, es una prioridad armar planes de contingencia relacionados con los sectores productivos, el cuidado del agua y garantizar la seguridad de la población. (I)