La presidenta surcoreana Park Geun-hye, involucrada en un escándalo de corrupción, dijo este martes estar dispuesta a dejar el poder antes del fin de su mandato previsto a principios de 2018 y anunció que dejará al Parlamento decidir su suerte.

Park Geun-hye ha visto como su popularidad caía en picado a medida que iban saliendo a la luz las investigaciones de la fiscalía sobre la exconfidente de la presidenta, Choi Soon-sil, detenida por haber utilizado su relación con Park para extorsionar a las grandes empresas surcoreanas.

La presidenta es sospechosa de “connivencia” por la fiscalía a cargo de la investigan del caso.

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Desde que estalló el escándalo, cada sábado manifestaciones multitudinarias en todo el país piden la renuncia de la presidenta.

“Dejaré la cuestión de mi partida y de una reducción de la duración de mi mandato a lo que la Asamblea Nacional decida“, afirmó Park en un discurso televisivo, cuyo mandato termina a principios de 2018.

“Cuando los parlamentarios haya determinado las condiciones de un traspaso que minimice el vacío de poder y el caos en la gestión gubernamental, me marcharé“, dijo la mandataria.

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Este anuncio inesperado es interpretado como una tentativa de la presidenta para evitar la humillación de un procedimiento de destitución.

Antes del discurso de Park, varios parlamentarios habían declarado que esperaban votar su destitución el próximo viernes.

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Un número suficiente de diputados del partido Saenuri en el poder había anunciado su apoyo a esta medida, lanzada por las tres principales formaciones de la oposición.

‘Ningún enriquecimiento personal’

De ser aprobada por la Asamblea Nacional, la destitución de la presidenta tiene que ser validada por la Corte Constitucional.

A la espera de la decisión de la Corte Constitucional, en un plazo que puede durar seis meses, la presidenta será apartada del cargo y el primer ministro ejercerá de forma interina la función presidencial.

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“A la declaración presidencial le falta un arrepentimiento sincero. Lo que la gente quiere es su dimisión inmediata“, reaccionó en un comunicado el Partido Democrático, principal fuerza de la oposición.

“Continuaremos contra el proceso de destitución“, añadió, rechazando dejar la iniciativa a Park.

El Saenuri saludó sin embargo el anuncio, pidiendo a la oposición que suspendiera su proyecto de destitución.

Los diputados de la oposición y los independientes disponen de una mayoría de 171 escaños de los 300 de la Asamblea Nacional. Para ser adoptada, la destitución tiene que obtener los dos tercios de los votos.

Park se disculpó por tercera vez por los actos atribuidos a Choi.

Esta exconfidente de la presidenta, que algunos medios llaman “Rasputina” - en alusión a Rasputín, el místico que ejerció una gran influencia sobre el Zar Nicolás II de Rusia a principios del siglo XX - está acusada de haber utilizado su amistad con la presidenta para extorsionar a los principales conglomerados económicos del país, como Samsung o Hyundai, que habrían destinado importantes sumas de dinero a sus fundaciones.

“He validado los proyectos creyendo sinceramente que eran por el bien común y para la Nación. No he buscado ningún enriquecimiento personal“, dijo la presidenta.

“Pero cometí el error de no conseguir controlar mis relaciones personales“, admitió.

En Corea del Sur, un presidente en ejercicio no puede ser enjuiciado en un asunto penal, salvo en el caso de traición o de insurrección.

Sin embargo, la inmunidad presidencial caduca al final del mandato.

Algunos observadores opinaron que Park buscaría negociar su renuncia a cambio de no ser juzgada.

En un primer momento, Park había accedido a ser interrogada por la fiscalía y una comisión independiente del Parlamento.

Sin embargo, hace dos días cambió de parecer y su abogado rechazó las fechas de interrogatorio propuestas por la fiscalía. (I)