Llegó al ministerio de Cultura en medio de una polémica y se fue provocando otra: Marcelo Calero es el protagonista de la más reciente crisis del gobierno conservador de Michel Temer en Brasil.

La tormenta comenzó a gestarse el sábado pasado, cuando, en una entrevista, Calero afirmó que dejaba su puesto tras ser presionado por el influyente secretario de Gobierno, Geddel Vieira Lima, para favorecer un proyecto inmobiliario en Salvador de Bahía.

Y cobró proporciones de huracán el jueves, una vez que este diplomático de 34 años de edad oriundo de Rio de Janeiro aseguró ante la Policía Federal que el propio Temer había intercedido en el caso, al tiempo que surgían rumores de que había grabado una conversación con el mandatario.

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Temer había apoyado inicialmente a Vieira Lima, pero la presión llegó a tal punto que éste presentó este viernes su renuncia.

Respecto a las grabaciones, Calero divulgó una nota que los mundillos de la política y los medios de comunicación se esforzaban en leer sin sacar nada en claro definitivamente.

"Respecto a las informaciones difundidas por el Palacio de Planalto de que yo habría pedido una audiencia con el presidente Michel Temer con la intención de grabar una conversación en el gabinete presidencial, aclaro que eso no ocurrió", dice la nota citada por el portal G1, que deja sin precisar si la negativa se refiere a la grabación o al hecho de haber pedido la audiencia con la intención de grabarla.

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Según Calero, Vieira Lima quería que intercediera para que el Instituto del Patrimonio Histórico (Iphan), que depende de Cultura, aprobara la construcción de un edificio de 31 pisos donde había comprado un apartamento.

"Quedé sorprendido, porque me pareció -no sé si estoy siendo muy ingenuo- tan absurdo que un ministro me llamara determinando que yo autorizara un emprendimiento en el que él tenía un apartamento. Pensé 'este tipo es loco, [el teléfono] puede estar pinchado y me va a involucrar, por el amor de Dios'", dijo en la entrevista con Folha de Sao Paulo.

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"Quedé muy preocupado (...) de verme involucrado con intereses inmobiliarios de Geddel Vieira Lima en Bahía. ¡Imagínate!", añadió.

Cuando Temer asumió el poder en mayo --inicialmente de forma provisoria, en reemplazo de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, sometida a un juicio de destitución-- rebajó el ministerio de Cultura a categoría de Secretaría bajo la égida del ministerio de Educación.

Pero ante la andanada de críticas de artistas e intelectuales provocadas por esa medida, Temer revirtió su decisión y convirtió a Calero, al frente de la secretaría, en ministro.

Abogado de formación, Calero había trabajado anteriormente en el servicio exterior en la embajada brasileña en México, en el ente regulador del mercado CVM y en la estatal Petrobras.

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Fue candidato a senador en 2010 por el PSDB (centro), entonces en la oposición, pero no fue elegido. Luego se aproximó al centroderechista PMDB de Temer y fue secretario de Cultura y asesor internacional del municipio de Rio de Janeiro. (I)