El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y el líder de la guerrilla de las FARC, Rodrigo Londoño, firmaron el jueves un acuerdo de paz revisado pero que excluye cambios demandados por la oposición política, luego de que el pacto original fue rechazado en un plebiscito.

El acto entre Santos y Londoño, alias "Timochenko", número uno de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), marca el comienzo de una cuenta regresiva para que unos 7.000 guerrilleros dejen las armas en un plazo máximo de seis meses y conformen un partido político.

Durante la ceremonia, Santos y "Timochenko" se estrecharon de nuevo la mano, una señal del nuevo camino que empieza a recorrer el país después de 52 años de confrontación que dejó 220.000 muertos, millones de desplazados y limitó el potencial de la cuarta economía de América Latina.

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El pacto será enviado por Santos al Congreso para que sea refrendado y luego comience su implementación. El acuerdo original que se firmó hace dos meses fue rechazado por los colombianos en una consulta en octubre, lo que obligó a Santos a abrir una nueva fase de negociación con la guerrilla y a buscar consensos con la oposición política que no quedó satisfecha.

Sin embargo, la firma del acuerdo con las FARC no garantiza el fin de la violencia en Colombia. Las conversaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional están estancadas, mientras el Gobierno combate a bandas dedicadas al narcotráfico integradas por ex paramilitares de ultraderecha. (I)