Montecristi está sitiada de negocios y fe, todo por la patrona de la ciudad, la Virgen de Montserrat, una de las dos imágenes que Manabí recibió hace casi 500 años donadas de España (la segunda es la Virgen de la Merced de Portoviejo).

La fe mueve a miles de ecuatorianos y en especial a manabitas que caminan decenas de kilómetros para llegar a la Basílica Menor ubicada en las faldas del cerro de Montecristi.

La noche del viernes 18, el mantense Andrés Chóez cubrió 12 kilómetros en dos horas y media para llegar de su ciudad a Montecristi junto con su esposa y un hijo. “Tras un terremoto y estar vivos es una muestra de mucho amor de nuestra Virgen; hoy camino no solo por mí y mi familia, sino por los que ya no están con nosotros”, relató con nostalgia.

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Carmen Vélez llegó de Rocafuerte. No lo hizo a pie. Observó la peregrinación de 23 km entre Portoviejo y Montecristi. “Hay mucha fe y amor en quienes caminan, en los que visitamos. Hay sanas costumbres como estas de ir cada mes de noviembre a visitar este templo, lo hacían mis padres conmigo y hoy lo hago con mis hijos”, dijo.

Tras casi tres horas, Byron Posligua, de la parroquia Leonidas Proaño (Montecristi) descansaba junto con su pareja afuera de la Basílica. Dijo que caminaba desde hace 20 años, antes de la mano de su mamá.

Para el historiador montecristense Jorge Cedeño, esta tradición tomó fuerza gracias a la labor pastoral del fallecido párroco de Montecristi, el esloveno Emil Palcic Misic (murió en 1993 y fue sepultado en la ciudad), quien invitaba a comunidades para que en noviembre visitaran a la Virgen. “Familias enteras llegaban desde varios puntos de Manabí, algunas a pie, duraban días y eran acogidas por parientes o conocidos en Montecristi”, relató.

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Catorce personas de la comuna El Paraíso-La 14, de La Manga del Cura, caminaron más de 250 km durante 6 días para llegar a Montecristi, meta que cumplieron el lunes 14. Jonhoy Chung dijo que con sus 13 acompañantes realizaron rifas y ventas para obtener 1.500 dólares y costear el viaje.

Darío Vera, casado hace 11 años, contó que su anhelo por tener hijos tuvieron un pequeño freno cuando su esposa no podía procrear. Dijo que hace 3 años decidió junto con otros amigos cumplir una ruta en bicicleta desde El Paraíso-La 14 hasta Montecristi, para llegar al santuario de la Virgen de Montserrat. Según Vera, pidió tener un hijo. Luego, cumplidos ocho años, nació su niña, a la cual llamó Darian Montserrat.

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La festividad también mueve el comercio. Más de 400 puestos se despliegan en Montecristi. Fulton Almeida labora como guardia, pero en noviembre, en sus 15 días de vacaciones, vende canelazo.

Mañana, en el día de solemnidad de la Virgen de Montserrat, la procesión empezará a las 16:00. (I)