Cristina Burneo Salazar es catedrática en la Universidad Andina Simón Bolívar y activista por los derechos de la mujer y los niños. Hoy, que se conmemora el Día Mundial contra el Abuso Infantil y en Guayaquil se desarrolla la marcha Ecuador dice no más, ella analiza este tema.

¿Qué es el acoso a las mujeres?
El acoso sexual es cualquier tipo de avance no deseado sobre una persona. Históricamente, son las mujeres las que más lo han sufrido, la historia no es simétrica. El acoso puede ser en el espacio público, el trabajo, la familia. Solicitarme cualquier cosa que yo no desee es acoso. Puede ser físico, como tocar sin consentimiento el cuerpo de otra persona; verbal, si alguien me dice algo sobre mi conducta sexual o mi cuerpo, gestos.

¿Se ha hecho lo suficiente en el Ecuador para evitar el acoso a las mujeres?
Si hay hombres que se sienten protegidos por la sociedad para acosar sexualmente, es obvio que no se ha hecho lo suficiente. Si un presidente de la república puede hablar del largo de las faldas de las funcionarias, si en la calle seguimos siendo intimidadas, si las mujeres que tienen que salir a trabajar la tierra se ven expuestas todo el tiempo, la respuesta es evidente.

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Con respecto a los niños, ¿cómo se da el abuso sexual infantil?
La relación de un niño con un joven o adulto es siempre desigual, puede ser de control o poder. Cualquier contacto donde se usa a un niño para obtener placer sexual es abuso, y a veces ni siquiera hay contacto: puede haber proposiciones, engaños y esto muchas veces sucede en la familia, que para muchos niños no es el lugar más seguro.

¿Cómo se protege en el país y el mundo a los niños?
Con leyes. La protección infantil integral, como la denominamos aquí, debe estar legislada. Pero falta proteger a la niñez educándola de manera laica, enseñándole autonomía más que obediencia, dándole criterios claros y científicos para su integridad, su sexualidad, su afectividad. Eso también es proteger: educar laica y libremente.

¿Cuáles son las penas para el abusador? ¿Son justas?
En el COIP hay reclusión mayor especial de 16 hasta 25 años. ¿Cómo le puedo responder si eso es justo o no? El Estado punitivo que se concentra en castigar no se preocupa por la erradicación de la violencia, que es lo que necesitamos. Un agresor 25 años en la cárcel no le devuelve su vida, su seguridad a los niños, a las mujeres. Hay que legislar, pero pensamos solo en el Estado y en castigar, no en lo que la sociedad también hace y deja de hacer, en lo que usted y yo hacemos para que la sanción no sea la única solución.

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¿Cómo prevenir el abuso infantil?
Lo que hacen nuestras madres y padres si tenemos suerte, que es enseñarnos esto: “Mi cuerpo es mío, nadie me puede tocar”. Hay que enseñar a los niños que sus partes íntimas son las que están cubiertas por el traje de baño, por ejemplo: nadie puede tocar mi pene ni mi vagina. Los niños deben aprender a distinguir las caricias, de quién vienen, tienen que saber que no todos los adultos son “buenos” y que en su propia familia puede haber gente con quien no deben estar solos.

¿Qué hacer y no hacer si se descubre que un hijo o una hija ha sido abusada?
Jamás dudar de su palabra, antes que nada. También hay que conocer los indicios: una niña o un niño retraídos, ansiosos, alerta, con comportamiento sexual inusual o que se masturban compulsivamente pueden haber sufrido abuso. Los primeros momentos son muy críticos: hay que darles seguridad, reconfortarlos, luego asegurar su protección, alejar al agresor, proceder a la denuncia, acudir a expertas en lo posible, para terapia.

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¿Es ágil o hay muchos protocolos en el sistema judicial ecuatoriano para atender estos casos?
No creo que ninguno de los protocolos que tenemos sean ágiles, pero sobre todo no son humanos ni respetuosos. La inoperancia, la lentitud y la cantidad de trámites que hay que hacer terminan por ser otro tipo de violencia. Si voy a denunciar con mi hija pequeña y le preguntan qué le dijo al agresor para que la tocara, hacemos lo que se llama “re-victimizar”, otra vez lastimar a una persona que ya ha sido violentada. (I)